Por Marisa Plastina

Lo familiar y lo siniestro en el libro de Samantha Schweblin, “Distancia de rescate”.

Cuando me regalaron este libro allá por fines del año pasado, todavía la pandemia que atravesamos por estos días, no había sucedido ni se tenía ninguna sospecha de que pudiese suceder.

Hoy vuelvo a resignificar su lectura a la luz de los acontecimientos.

Voy al libro.

Es atrapante el modo en que está escrito: un diálogo que comienza en la primera página y termina en la última. No hay distinción respecto de quien habla salvo por el cambio de tipografía.

En el relato se trata del campo. Un campo que se presenta cambiado, nada de lo apacible y relajante, que podríamos imaginar, ocurre en él. Herbicidas que producen intoxicaciones que dañan los cuerpos. Estrago que se entrelaza con otro estrago que avanza sobre los hijos.

No sintetizaré su contenido me interesa destacar la dimensión de lo siniestro, en la que nos internamos en su lectura.

Recurro a Freud .En el  texto  “ Lo siniestro”,  dice que siniestro sería todo lo que debía haber quedado oculto, secreto, pero que se ha manifestado. Hace un análisis lingüístico exhaustivo del término alemán heimlich, remarcando la ambigüedad de esa palabra que se puede confundir con la antítesis: unheimlich.  Lo familiar, intimo, hogareño, puede tornarse extraño, inquietante, horroroso.

Samantha Schweblin,  es una argentina que reside en Berlín. Joven narradora, nació en 1978 y lleva ya varios premios en su haber entre ellos el Juan Rulfo de Francia. Respecto de las características de su escritura en una entrevista a la televisión mexicana, dice que le interesa “…hablar de la familia, del círculo íntimo en el que nos movemos”. Y agrega: “el espacio de la familia, la casa, es el espacio donde empezamos por primera vez a enfrentarnos con las grandes tragedias, las angustias con las que vamos a vivir toda la vida”.

 Lo íntimo y familiar unido a lo angustiante.

En el Seminario X Lacan aborda la angustia a partir de lo siniestro. Dice: “El campo de la angustia está enmarcado. Hay angustia cuando en ese marco aparece aquello que ya estaba mucho más cerca, en la casa.” La vigencia del marco garantiza la protección frente a lo real, con la consiguiente extrañeza si se desequilibra.

Distancia de rescate, nos plantea esa escena de desequilibrio. El cuerpo propio se ve afectado.

¿Se trata de un apocalipsis colectivo? ¿Los herbicidas dañan a todos por igual?  ¿Qué de la singularidad en medios del caos en el que se sumergen los protagonistas? ¿Cómo salvarse?

Preguntas que nos conciernen en tanto tocan la subjetividad de nuestra época. Subjetividad confinada hoy por la pandemia que atravesamos. Vuelven a mí las palabras que he leído en el libro. La cercanía a los herbicidas marca un destino ineludible. Del mismo modo, Imposible escapar al virus sin la distancia necesaria.

En el texto la distancia se mide a partir de un hilo que une a Amanda, la protagonista con su pequeña hija. Respecto de esta distancia, dice Amanda: -“Varía con las circunstancias. Por ejemplo, las primeras horas que pasamos en la casa quería tener a Nina siempre cerca…saber cuántas salidas había, detectar zonas…si la escalera significaba peligro. Le señalé estos puntos, no es miedosa pero sí obediente y al segundo día el hilo invisible se estiraba una y otra vez, presente pero dándonos cierta independencia. Entonces, ¿la distancia de rescate, sí es importante?

-Muy importante.-dice su interlocutor-Seguí  hablando, por ahì vas bien, seguí diciendo.

-Es que no veo necesito ver, medir el peligro para calcular la distancia de rescate. No veo a Nina… Me cuesta avanzar…

-Por qué te quedas en silencio?

-…Es algo imposible de decirse a uno mismo…

-Seguí hablando…Seguí. No te asustes…el hilo va a cortarse. Pero seguí…”

La protagonista es invitada a hablar. ¿La palabra, intento de salvación?

¿La palabra como distancia de rescate?

Queda claro, que no alcanza  si no está el hilo, invisible objeto que permite medir tiempo y distancia.

La distancia de rescate se anuda a un cuerpo.

Samantha Schweblin logra tejer un relato, conmovedor y estremecedor que desde la ficción, nos enfrenta con lo imposible, dando cuenta de la finitud del ser hablante.

Vuelvo a la actualidad. Estar confinados en nuestras casas, nos lleva a sostener hoy  nuestra práctica por medio de los teléfonos o por internet, a través de las distintas plataformas. Freud se permitió analizar a Juanito por correspondencia, aunque nunca imaginó un psicoanálisis por teléfono. A través del teléfono la voz hace resonancia.

La voz se anuda a un cuerpo.

Hoy sostenemos desde ahí el discurso del analista.


Bibliografía:

Lo siniestro. S. Freud. Ed. Biblioteca Nueva. Tomo VII. 1975
Seminario 10. Clase IV. J. Lacan. Ed. Paidos. 2006 
Ilustración: Presentación del Libro de la autora.
https://prezi.com/quctiju3zhmb/distancia-de-rescate/