“El AE es a quien se le imputa ser de aquéllos que pueden testimoniar de los problemas cruciales en los puntos en los que se encuentra para el análisis, los mismos que se encuentran en la brecha de resolver” (Jacques Lacan, “Proposición del 9 de octubre de 1967”). Nada de lo que aparece en esta cita transmite la necesariedad de que haya ocurrido un fin de análisis para que alguien sea nominado.
En la Escuela Freudiana de la Argentina, el Cartel de Pase constata que ha habido un acto analítico, un pasaje de analizante a analista, un pase en el análisis, lo cual supone la constatación de un deseo del analista. Deseo inédito, pasaje del goce de objeto al lugar de semblant de objeto. En esa constatación nomina el deseo del analista puesto en causa, en tanto se trata de un decir que da lugar a la nominación de eso que es un agujero en lo simbólico.
El Pase se pide por el acto analítico, por los efectos de verdad que se producen en un análisis, efectos respecto de un goce que agujerean un saber.
“El testimonio hace legible la experiencia del análisis en el dispositivo, al hablar a otro, y lo que se escribe, es a partir de eso que se habla” (Noemí Sirota, Testimonio y Experiencia. El psicoanálisis, su transmisión). Entonces no es posible pensar el dispositivo del Pase sin el dispositivo analítico, ni sin la transferencia.