Cuando vimos en Biblioteca el film Traduire, de la documentalista Nurith Aviv ubiqué la relación que hay entre la lengua, la escena y los discursos. Continué explorando y encontré que provenía de distintos ámbitos de la cultura un término que ya había captado mi atención, con resonancia propia, es la palabra: Babel, Babelia, coincidía con la escuchada en la obra de la cineasta franco-israelí. Con su trabajo interroga el movimiento que sucede en el atravesamiento de la lengua, hasta en tiempos de la globalización.
Ya en la década del 80 George Steiner abordó el problema de una lengua única que expresara un alcance mayor, dice en su libro Después de Babel “quiero llegar a los filósofos del lenguaje, a traductores y lingüistas, a los estudiosos de las artes, la poética y la música, también al lector en general, sobre todo a los poetas esperando su respuesta” …” La traducción se encuentra en la coexistencia y en el contacto mutuo de las miles de lenguas que se hablan en la Tierra.”
Steiner dejó huella, sus efectos no cesan de ser leídos y aun cuando en el mundo se convoca a una temática global, las voces de Babel continúan haciendo resonancia, su oleaje llega desde Europa, generan en ese movimiento de pensadores, artistas y poetas, el sostenimiento de lo necesario de la diversidad de lenguas y de las diferentes culturas. En el Mucem de Marsella se dio lugar al Congreso “Aprés Babel: Traduire” del 14 de diciembre de 2016 al 20 de marzo 2017, con participación de autores, traductores, artistas y filósofos provenientes de distintos países. Desde el arte la obra de Aviv, estuvo presente.
El Congreso se orientó a partir de la frase de Umberto Eco: “la lengua de Europa es la traducción”, coincidiendo con otra de Barbara Cassin: la lengua del mundo es la traducción. Los autores se posicionaron con relación a sostener la diversidad de lenguas, la multiplicidad de culturas y de pueblos. Así como en las huellas de la ruta de la seda se ha ido conformando la Cultura del Mediterráneo, hoy persiste como movimiento de pensadores actuales, y ha incorporado la expresión del Arte también, ya tomaron distancia del globish, que es el lenguaje retractado-comercial constantemente estimulado desde los grandes medios.
En un panel, con la participación de los autores-traductores Moshe Ron y Mohamed Maouhoub se trabajó el libro El monologuismo del otro, escrito por Jacques Derridá. Maouhoub presentó a Derridá como: “francés de origen pied-noir, e hijo de madre judía, conviven en él el mundo árabe y el hebreo. En la Protesta de Origen Derridá deja dicho: “une parle jamais une seule langue, une parle jamais qu´un seule langue”, no se habla una sola lengua, no se habla sino una sola lengua. Y según Moshe Ron, Derridá deforma-transforma la lengua al llevar la referencia a un sujeto que adopta una forma europea, continúa: Son difíciles para mí esos conceptos que en Derridá conllevan un doble sentido, donde tanto el mundo árabe como el hebreo están presentes al mismo tiempo.
El oleaje de Babelia viene ondulante desde el Mediterráneo. Hay un suplemento literario de un diario hispano llamado Babelia. En Buenos Aires el 23 de abril de este año, se dio lugar a las Jornadas: “Reunión babélica con una lengua común”, convocada por traductores e invitados participantes de la Feria del Libro. Una expositora, la autora traductora argentina, Cecilia Rossi, aborda la traducción desde el taller literario que conduce en la Universidad de East Anglia, Inglaterra, se pronunció diciendo: “cada traducción es la escritura de una lectura”.
Nurith Aviv nos habla sobre la lengua materna, la hablada, la sagrada, que ella misma hace a su territorialidad. En esa diversidad de lenguas que se articulan y se tejen, encontramos que hay movimiento; así es la posibilidad de que conlleve, en esa movida, la existencia de un sujeto, y con aquello que hace discurso.