Jacques Lacan al apostar en la transmisión del psicoanálisis tanto al matema como al escrito, postula  la posibilidad de una transmisión sin equívocos. Lo que abre una serie de interrogantes entre los psicoanalistas, que van desde una incredulidad que no deja de ser una de las formas de la resistencia, hasta  la exploración de las relaciones del psicoanálisis con el discurso de la ciencia. Lo que abre un abanico de problemas que van desde la indicación lacaniana de que el sujeto del psicoanálisis es el sujeto de la ciencia, hasta afirmar que el psicoanálisis no es una ciencia sino un discurso.

En la década del setenta, al postular el axioma de lo real “no hay relación sexual”, al producir la escritura lógica de las formulas de la sexuación, e introducir del lado femenino del cuadro el no todo, propende a la caída del universal, mientras lleva a adelante una elaboración lógica del mito de Edipo y el complejo de castración, de lo que Freud había planteado.

En la presentación del cuadro en el Seminario XX, “Aún” incluye las letras que conforman el álgebra lacaniana :$, (sujeto tachado),  Phi (mayúscula), S (A/) significante del Otro tachado, a y La/, La tachada. Los problemas de traducción hasta aquí se presentan como mínimos, se reconducen al hecho de que se habla cuando se escriben las fórmulas, y por ello se producen equívocos.1

Lo que por otra parte, no dejan de reconocer los mismos lógicos, que encuentran una solución a este problema postulando niveles de lenguaje. Por  ejemplo: decir que una variable satisface a una función lógica, implica aclarar el uso metalingüístico de “satisface”, en la medida que difiere  del uso del término tal como se lo emplea en el lenguaje corriente. Lacan se nutre de los desarrollos de la lógica para el psicoanálisis hasta cierto  punto,  en el que marca su ruptura por  los efectos  de sutura que tiene la lógica.

La fórmula taxativa de Lacan “No hay metalenguaje” viene a decir que en la transferencia, la significancia está dada por la asociación libre, así como Freud había señalado que las glosas del sueño forman parte de su  relato mismo, entonces cualquier intento de  enmienda de lo dicho en análisis, sea por el analizante o el analista, no corrige nada de lo dicho, vale en tanto otra asociación, lo cual no es más que seguir una regla del análisis. No reducir el equívoco, hacer de la equivocación el equivalente de la dimensión del inconsciente, hace a la posición del analista.

Es lo que lo ha llevado a  Lacan  a sostener  para los seres hablantes, que lo que interesa es la relación del sujeto del significante con lalengua (materna). 

Y que los principales avances en la teoría se producen a través de los juegos de palabras, de los neologismos y las equivocaciones, que hacen a la hipótesis del inconsciente (“Cosa freudiana”). En este sentido, la obra de Lacan presenta dificultades a su traducción, que mantiene en un paralelismo con la rebeldía que ofrece la poesía a ser vertida en otra lengua de la cual proviene. Pero este no es el motivo por el que una política de la no publicación, la no edición, y la no traducción, con el cartel de “hay demoras”  dejaría  de equivaler a la forma de la censura de una obra.

En la clase donde introduce el cuadro de la sexuación en el Seminario XX, y en el que parece abordar al sexo como si el psicoanálisis fuese una ciencia, para entenderlo,  Lacan menciona la importancia para su enseñanza del viraje galileano en el que lo ha inspirado el filósofo e historiador de la ciencia Alexandre Koyré.

Es así que Lacan como descanso  de las formulas, prosigue la clase hablando del amor. Al margen de la infinidad de cuestiones que menciona, que no abordaré,  haré un comentario sobre una condensación que produce a través de un juego de palabras. Dice así: “Aquí debe ayudarme lalengua, la francesa, no ofreciéndome como a veces ocurre una homonimia…  sino permitiéndome decir que se alma. Yo almo, tu almas, el alma”. A lo largo de la clase se conjuga el verbo aimer (ama) con  ame (alma)”.

Apoyándose en esta condensación, Lacan interroga la tradición filosófica sobre el alma para dar con una definición conforme al discurso del psicoanálisis.

Sin entrar en detalles sobre la palabra alma, que Lacan retoma a partir de la filosofía, el amor cortes y Sade; quisiera hacer referencia al modo en que se forjaron estos pensamientos sobre el alma tal como lo cuenta Koyré en “Aristotelismo y platonismo en la filosofía de la Edad Media”.

“La barbarie medieval, económica y política ha tenido como origen mucho menos la conquista del mundo romano por las tribus germánicas que la ruptura de las relaciones  entre Oriente y Occidente, el mundo romano y el mundo griego.  Y es la misma razón –la falta de relaciones con el Oriente helénico– la que ha producido la barbarie intelectual de Occidente. Como es la reanudación de estas relaciones, es decir la toma de contacto con el pensamiento antiguo, con la herencia griega, la que ha producido el desarrollo de la filosofía medieval. Ciertamente, en la época que  nos ocupa, es decir, en la Edad Media, el Oriente –aparte de Bizancio– ya no era griego. Era árabe. Por eso son los árabes los que han sido los maestros y educadores del Occidente latino”

“En efecto, fuera de dos o tres diálogos traducidos por Cicerón (entre ellos el Timeo), ni Platón, ni Aristóteles, ni Euclides, ni Arquímedes, han sido traducidos al latín. Por lo menos en la época clásica”.

“El mundo árabe se siente y se dice heredero  y continuador del mundo helénico”. Todas las obras científicas y filosóficas serán bien traducidas (en el caso de Platón) expuestas y parafraseadas”.

“Sin duda este florecer de la civilización árabe-islámica ha sido de muy corta duración. El mundo  árabe después de haber transmitido al Occidente latino la herencia clásica que había recogido, la ha perdido y repudiado”.  Esta es la herencia clásica que recibe el Medioevo, y del que el escolasticismo hace su refundición. Se traduce y la transmisión se produce por las vías más inciertas, a través del tiempo.

Para concluir, se puede decir  que Lacan, por haber deslizado el  objeto a en la tradición clásica, ha podido dar una nueva definición del alma:

“Si fuese verdad, sólo puede llamarse alma lo que permite a un ser –el ser que habla, para darle su nombre–  soportar lo intolerable de su mundo, lo cual lo supone ajeno a este, es decir, fantasmático. Lo cual es considerarlo en él, -en este mundo, solo por su paciencia y valentía para hacerle frente”. Y en referencia al vínculo que se establece  con otros seres, en el mismo sentido, hablará de la amistad.

Notas

1 Sin dejar de considerar, que en lo que hace al algebra lacaniana se ha mantenido la letra A y a, que en la traducción del  término autre (francés) al otro (en español) se pierde.