Por Miriam Allerbon

En el Seminario 19: …O peor, como parte final Lacan introduce una Coda: variación-repetición al etilo del recorrido de la pulsión y sus derivas, definición utilizada en música y danza como la repetición de una variación, en cualquier momento de una pieza musical, de las mejores notas, de un estribillo o de una parte que al autor le resulta interesante resaltar.

La película “La última nota” que en su idioma original se llama “In Coda” recorre la vida de un intérprete de piano que vamos conociendo en dos momentos de su vida: el presente, y un trauma que se repite y genera en las dos situaciones la misma respuesta, con una pequeña e interesante diferencia.

La instancia de duelo y su tramitación, nos muestra el paso de la tristeza que inunda todo, a la posibilidad de hacer algo con esa pérdida. De encontrar un orden de representación, que permita seguir adelante aunque sea por una última vez.  En ese trabajo de duelo podemos ver un pasaje de la eternidad de la muerte a la contingencia de la vida que  incluye su propia muerte.

El tiempo se detiene y progresa de una manera que permite desandar el camino al compás de la música con sus tiempos, que el protagonista va perdiendo por compases por el acontecer de un trauma. La memoria es parte de la música y la música es memoria en notas.

La Coda, esa repetición con variaciones de lo mejor de una obra musical o una coreografía, nos remiten a esos momentos de la vida que al final retornan. Esas codas- repeticiones con sus variaciones nos enfrentan a la posibilidad de un continuo entre la vida y la muerte. No es necesario temerle ya que se ha repetido.

Película que conjuga paisajes increíblemente bellos con personajes entrañables que a pesar de tener trabajos simples son hermosamente complejos. Vemos a la filosofía de Niesteche y los versos de Goethe  entrelazándose con la maravillosa música de Bach, Beethoven y Lizet.

 El  personaje desde muy pequeño  se veía llevado a la  desesperación en el trato con sus semejantes. La apuesta de este sujeto lo arriesga y a la vez lo salva, porque en un momento toma la decisión de no esconderse más. Se expone pensando en aquella persona a la que amó y nunca pudo decírselo.

Película que pone en acto que la música habla.

Parafraseando a Jorge Luis Borges en” Otro Poema de los dones”: “… Gracias por la música, misteriosa forma del tiempo”.

Agradezco los valiosos aportes de Adriana Hercman y Noemi Sirota en las clases del Seminario “El Hilo en el laberinto”, coordinado por Verónica Cohen y a Agustín Muñoz Cabrera por sus aportes literarios.