El Pase fue propuesto por Jacques Lacan en la Proposición del 9 de octubre de 1967. Surge en un contexto. Este contexto revela y sostiene su necesidad.
Retomemos solo algunas de estas referencias.
Se da a conocer al concluir el seminario La lógica del fantasma y en el comienzo del seminario El acto psicoanalítico. En el interior del seminario La lógica del fantasma, aparece la noción de “paso”. Lacan ubica el paso al acto del ello al inconsciente. En El acto psicoanalítico reformula el imperativo freudiano: donde ello era, yo (moi) que actúo, debo advenir a la verdad que revela la imposibilidad de subjetivar la realidad del sexo.
A esos seminarios asisten los miembros de la Escuela Freudiana de Paris. Entre los asistentes hay muchos analizantes de Lacan. Los análisis, la formación y la escuela se articulan.
El paso que implica el Pase le es revelado a Lacan en los análisis que condujo. Cuando al comienzo del seminario De un Otro al otro (1), sostiene que “la esencia del discurso del psicoanálisis es un discurso sin palabras”, se trata de una verdad que proviene de los análisis en curso. Sólo por articularlo con lo único que disponemos para hacerlo, es decir, con palabras, ese discurso manifiesta que su esencia no está hecha de palabras.
El discurso del psicoanálisis hace lugar a ese real que atraviesa al ser hablante. Por los modos en que el lenguaje le ha instilado las marcas de una conjunción imposible, descubre que la causa, él la produce, al buscar convalidar con otros esa esencia que le falta. Diga lo que se le ocurre se sostiene si hay analista que represente ese objeto que condensa la esencia.
Por tratarse de un discurso, en el transcurso del cual una verdad se revela, lo llamamos experiencia. Experiencia del análisis y también, el Pase como experiencia. Lo propio de la experiencia es que las descripciones la pierden, las referencias la licúan, los conceptos la matan. ¿Cómo sostener, sin embargo, su transmisión? Lo que el dispositivo del Pase está llamado a poner en función son las condiciones de posibilidad de generar una experiencia, que dé cuenta de otra, la del análisis y sus efectos.
Lacan sostuvo esa necesidad de discurso a lo largo de su práctica. En “La introducción a la edición alemana de los Escritos” (2) (1973) recuerda que el análisis es el lugar donde entra la cuenta de lo real en el mundo del ser hablante. La palabra toma su dit-mention de ese real que no puede inscribirse, la relación sexual.
En el Congreso de la Escuela Freudiana de Paris La Grande Motte (3/11/1973) (3), Lacan comienza con una afirmación: “La experiencia del Pase es una experiencia en curso”. Subrayo: en curso, no solo porque son sus comienzos, sino porque, por tratarse de una experiencia, está siempre abierta a lo que hace decir.
Entonces, si …
“El pase permite a alguien que piensa que puede ser analista, a alguien que está cerca de autorizarse ahí, si es que no se ha autorizado ya, de comunicar eso que lo ha decidido, lo que lo ha hecho autorizarse así, a comprometerse en un discurso, del que ciertamente no es fácil constituirse en soporte.”
… advertimos que, la esencia de esa experiencia radica en comunicar eso que lo ha decidido, a asumir el riesgo loco de constituirse en soporte, por haber devenido ese objeto, que condensa la esencia del discurso psicoanalítico, el objeto a.
Este paso requiere que una experiencia pueda dar cuenta de otra.
Son pocas las precisiones que da la Proposición acerca del cómo, cómo generar el marco para que la experiencia del análisis pueda transmitirse en otra experiencia. Indica un Jurado de Recepción para recibir los pedidos y un Jurado de Confirmación, encargado de nominar o no nominar. Desliza la función de juzgar allí donde solo es posible constatar.
Lo que sí especifica es que sean analizantes quienes pasen el Pase. Este es el punto de inflexión por el cual una experiencia puede ser transmitida en otra experiencia.
En mayo de 1974, Lacan escribe una “Nota dirigida personalmente a aquellos que pueden designar pasadores” (4).
Propongo a continuación la traducción completa de esta Nota:
No basta que un analista crea haber obtenido el fin de un análisis, para que el analizante llegado a ese punto, pueda, por haberlo elaborado hacer un pasador.
El fin de un análisis puede no haber hecho más que un funcionario del discurso analítico. … Para recoger eso de lo que dice otro, hace falta otra dit-mention, la que conlleva ese saber que proviene del análisis: que la queja no vale más que su verdad.
¿Se trata de un servicio en nombre del deseo de saber? No se trata de interrogar al otro, sino de ser tomado por eso. Quizás entre en su función sin reconocer a donde eso lo lleva.
Un solo riesgo: ese saber que recibe, no podrá construirlo sino con su inconsciente. Ese saber que encontró, creció a partir del suyo y quizás cuestione otros saberes. Quizás, el presentimiento que le llega al sujeto en ese momento sea que su propia verdad, la de su análisis, no ha arribado aún. Hace falta un pasador para comprender esto.
De las muchas reflexiones a las que esta breve nota abre, resalto sólo ésta: articula el punto por la que una experiencia, la de un pasador que se encuentra en el meollo de su análisis, puede por eso dar lugar a otra, la que recoge de un pasante que formula su testimonio. Involucra a la escuela, que sean los analistas designados AME, “aquellos que pueden designar pasadores”, hace entrar el análisis a la escuela.
El riesgo consiste en que el análisis acontezca. La división del sujeto solicitada al pasador por su función, le permite descubrir la dit-mention de su propia división. Con esa división hace posible que otra experiencia, la del Pase encuentre su dit-mention.
Que sea una comisión la que recepciona los pedidos y un cartel el que recibe el testimonio, hace justicia a que se espera un discurso.
Se trata de hacer valer las condiciones de posibilidad de generar una experiencia, que dé cuenta de otra, la del análisis y sus efectos.

(1) Lacan J., Seminario XVI: De un Otro al otro, clase 1, Paidós, Buenos Aires, 2011.
(2) Lacan J. ”Introducción a la edición alemana de los Escritos”, en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
(3) Lacan J. “Congreso de la Escuela Freudiana de Paris”, 3/11/1973, inédito.
(4) Lacan J. “Nota dirigida personalmente a aquellos que pueden designar pasadores”, 1974. inédito.