En principio, por supuesto, que lalengua nos hace, en el sentido de que sin la lengua nos estaríamos “hechos”.

Cuando en el año 1971-72, en el Saber del psicoanalista, Lacan hace referencia a lalengua con la cual se habla, comienza la posibilidad de este hacer, se instala su dimensión. En el Seminario XX: Encore, Lacan dice muchas más cosas sobre lalengua y cambia la teoría, es ahí donde tiene otro lugar el sujeto. También introduce junto con lalengua la cuestión de los cuerpos hablantes, el Uno, y el parletre.

Me voy a referir específicamente al por qué del “nos hace”, “qué nos hace lalengua”, “cómo nos hace”. La cuestión es el cómo es que nos hace hablantes.

Lacan, antes de decir “los seres hablantes” en el Seminario XX: Encore, Otra vez, Aún, Todavía, dice: “cuerpos hablantes”, es decir, que hay un paso del cuerpo al ser que ya está comprometido, es en una clase de ese mismo seminario, y es cuando rompe la equivalencia de cuerpo-falo, cuerpo-ser, y extrae la significancia del ser.

Es fundamental cuando Lacan rompe la ecuación cuerpo-falo o cuerpo-ser porque da lugar a ubicar la significancia. Si no se rompe la ecuación cuerpo-ser se podría hablar, quizás, pero sin ningún tipo de enunciación.  Da la posibilidad de crear una enunciación, es decir, una significancia que pueda vehiculizar y pueda sostener para que exista un significado y/o una significación, el término significancia que viene de la lingüística, y es importante porque sin eso no hay significado ni significación. Por ejemplo, si alguien hablara no habría la posibilidad de una enunciación. Se trata de un caso clínico, cuando alguien habla, nadie puede hablar de un todo, cuando ese todo está comandado por un cerramiento entre el cuerpo y el ser, como una ecuación entre el ser que equivale al cuerpo, ocurre que no hay ninguna significación o sentido o significado. Una vez que esto se rompe, cuando el ser no coincide con el cuerpo, si alguien habla puede hacer una enunciación.

Hay una diferencia primera muy importante para Lacan entre enunciado y enunciación, donde da a conocer la incidencia en el cuerpo hablante de la existencia del significante. Es decir, que es por el significante que hablamos, en tanto un significante representa a un sujeto para otro significante. Lacan mantiene esta fórmula hasta el Seminario “treinta”, es un modo de acentuar que nunca deja de proponer, y es una de las dimensiones que tiene que ver con nuestra especie y es lo más formal que se espera de una enunciación. De ahí queda un resultado que es el sujeto, que no haya una ecuación que haga un todo.

De esta fórmula hay un resto que es el objeto a. El objeto a no es sólo aquello que no tiene representación. Por ejemplo, cuando alguien se pregunta ¿qué es primero el huevo o la gallina? En este caso, el resto, el objeto a, ¿el a es primero que el significante? Es una antecedencia de Lacan que está demostrada y que dice que todo resto, o sea, el objeto a como plus de goce es previo a cualquier constitución del sujeto en el psicoanálisis.

Cuando hablamos de sujeto estamos hablando del sujeto en relación al psicoanálisis, es decir, al sujeto que está en relación al deseo. No es el sujeto de la filosofía, ni de conocimiento, ni del saber. Es el sujeto puesto en relación al deseo, como dice Lacan el 5 de mayo de 1965. Se trata de la conversión que hace Lacan en el sentido de poner al sujeto en relación al deseo. No es que el sujeto es previo, sino que si está en relación al deseo hay un sujeto, en tanto inconsciente. De esa manera Lacan realiza esta tarea magnífica de hacer resaltar al deseo, que es el deseo que había descubierto Freud.

¿Por qué Lacan hace ese cambio de lalengua, es decir, transforma la lengua en lalengua? ¿Y desde dónde parte Lacan para hacer esto?

Lacan en una clase de su seminario, de repente hace una especie de tartamudeo, dice varias veces “la, la, la” antes de decir lalengua, y le recuerda a cuando se es bebé, y crea por eso la palabra lalengua. En principio está referida a una primera instancia cuando uno todavía no está bajo las leyes del lenguaje, bajo la ley del incesto.

En ese sentido una cita importante de Jean-Claude Milner, que está en el texto Introducción a una ciencia del lenguaje, dice: “Sostiene un principio de continuidad de una ciencia y el lenguaje en la vinculación sobre los estudios sobre el parentesco y el lenguaje. La universalidad del lenguaje es considerado como un conjunto de las posibilidades formales que se realizan en lenguas diversas, responden a la universalidad de la prohibición del incesto que trata el sistema de parentesco diversos.” Me parece que aquí quiere decir que esta universalidad del lenguaje es equivalente a la universalidad de la prohibición del incesto. Es decir que hay una relación entre el establecimiento de la prohibición de la ley del incesto y el hecho de que el lenguaje tenga estas leyes; que pueden ser universales. En principio decía que “si alguien habla”, ya está bajo la ley del incesto.

Respecto al incesto quiere decir que algo no es posible, cuando es posible que la madre reintegre su producto, es decir, algo que es imposible, que es diferente a lo no-posible. A mí me parece mejor decir, que es imposible que la madre reintegre su producto, o sea que son los hijos del producto, eso sí es imposible desde todo punto de vista. En vez, sí puede suceder que un hijo pueda tener relaciones con la madre, eso sí es posible. La ley del incesto es para la madre que no puede reintegrar su producto, la madre la toma y con eso hace a su hijo, si no la toma es otra cosa.

Es importante porque ya en la ley del incesto la prohibición está en el lenguaje. Es por la acción del lenguaje que determina la ley del incesto, y en este sentido también ordena un saber.

El S2 que está en el discurso del Analista que hace Lacan es el saber inconsciente. Este saber inconsciente se constituye como tal en tanto este saber inconsciente está tocado por esta ley del incesto. Podríamos decir que la relación de S1 y S2 en tanto significantes tienen que ver con el lenguaje sin que el lenguaje abarque términos significantes, es lo formal del lenguaje, está en esta ley del incesto. En este sentido tiene un alcance que es importante ya que el sujeto del psicoanálisis no es el sujeto de la lingüística. Ahí Lacan rompe con el sujeto que puede ser común, el sujeto del inconsciente y de la lingüística. Lacan va a establecer cómo desprenderse de lo que de ciencia tiene la lingüística.

Cuando Lacan dice ‘la, la, la,’ y dice lalengua, al decir esa palabra quiere decir que es aquello que sin ser el lenguaje tiene una relación con el lenguaje. Es mi interpretación, Lacan no dice esto. Nosotros, que ya estamos bajo la ley del incesto, podemos pensar que lalengua es la lengua, separado, es decir que son dos palabras diferentes, que tiene una construcción diferente en la enunciación. Lacan rompe con esto a través de un lapsus que hace. Muchos de los descubrimientos que hace le permiten avanzar en el discurso, conquistar un poco más, hacer una práctica diferente. Es por un lapsus que comete Lacan cuando habla, que avanza en la teoría. Una cuestión fundamental es que cuando habla y produce algún lapsus, si es un lapsus, lo toma en serio.

Sabemos que hay lapsus “fabricados”, que son obsesivos, no es un lapsus que se hace al hablar o al escribir. El lapsus linguae sólo se lee si hay un lapsus calami, el lapsus calami lo piensa el analista para entender el lapsus lingue. El lapsus calami es el más verdadero, porque está escrito.

¿Qué introduce Lacan con esto? Introduce una separación.

Lacan, en el Seminario: XX Encore, habla de “cuerpos hablantes”, y unas clases más adelante comienza a hablar de “seres hablantes”. Y ¿por qué dice esto? ¿Es por mantener la ecuación cuerpo-ser? No, se trata de que el cuerpo se le agota en el ser, en cambio el cuerpo hablante toca la especie. El ser hablante toca más a la especie en cuyo ser está llevado por un cuerpo que es hablante. El “ser hablante” no es un lapsus, es algo fabricado por Lacan en la teoría que él va realizando, Lacan junta dos palabras: ser y hablante –esto sólo se produce al escribir– que no tienen por qué estar juntas. Quiere decir que hay un ser hablante, es el que existe como uno. ¿Y que el ser que habla lo hace solamente por la acción del significante? Sí. ¿Y dónde está el significante? Está en el S1 y el S2 que representan al sujeto. ¿Y dónde está el cuerpo o con qué cuerpo habla cuando Lacan dice esto? ¿Dónde está el cuerpo cuando un significante representa a otro significante? Que el cuerpo sea un cuerpo hablante, es lo que Lacan dice: “el misterio del ser hablante.” El cuerpo es más un misterio que un enigma. Un enigma tiene algo de signo, un misterio es otra cosa.

¿Por qué el cuerpo hablante o el ser hablante? ¿Qué pasa con el cuerpo cuando decimos un significante representa a un sujeto para otro significante? Esto ¿dónde ocurre? ¿Ocurre cuando se escribe? Tiene que ser algo que pase cotidianamente, como en Psicopatología de la vida cotidiana, sino es una simple formalización o entretenimiento intelectual.

El cuerpo está en lalangue. Cuando Lacan introduce el concepto de lalangue es que lalangue va hacer que el cuerpo, va a estar en el inconsciente. No me refiero en el sentido del cuerpo en sí, sino que lalangue hace al cuerpo en tanto existe el inconsciente, o que exige una dimensión del inconsciente.

En estos momentos hay algunas posiciones que separan este descubrimiento de Lacan y pasan a privilegiar el parletre, que es el ser hablante más que el sujeto. Son distintas maneras de analizar con consecuencias importantes.

Entonces, lalangue no borra la existencia del inconsciente. Nos podemos preguntar ¿lalangue es previa al inconsciente? Al preguntar qué es primero y qué es segundo, es una pregunta bien infantil, es igual ¿a quién querés más a mamá o a papá? No importa qué es primero, lo que sí importa es que al hablar está tanto lalangue como el lenguaje. ¿Qué es el lenguaje? El lenguaje es una elucubración del saber sobre lalangue, y esto hace al inconsciente. En ese sentido lalangue no es el inconsciente, tiene una relación al inconsciente y es de esa manera que ocurre el lapsus. ¿Está hecho solamente por los significantes o porque hablamos? Hablamos por lalangue, no hablamos por el lenguaje. Sabemos que el cuerpo es primero que la palabra, siempre. Si no hay cuerpo no se habla.

Ahora, si no está lalangue, como aquello que es necesario que exista porque existe el lenguaje, y el lenguaje es el que hace algo con lalangue, entonces, podemos hablar. No podemos hablar con lalangue porque no está la ley del lenguaje que falla, o no está. Ahí es cuando se produce el complejo de castración, en tanto es un imposible, para dar lugar a que cuando se habla se habla con todo esto encima o en el cuerpo.

La famosa frase de Lacan: “Hablo con mi cuerpo y esto sin saberlo” es muy importante porque implica que habla con todo el cuerpo y es porque está lalangue, y que lalangue tome cuerpo que tiene que ver con el hablar, en relación a que tiene una dimensión del no saber del inconsciente. Es decir, si no ocurre todo esto uno no puede hablar. El cuerpo no es una representación. Lalangue está en el inconsciente haciendo que alguien pueda hablar. Sabemos que el cuerpo es un instrumento, pero este instrumento tiene que tener cierta materialidad que es lalangue, y lalangue está compuesta de palabras, también, pero no puede dejar de estar a la función fálica. En ese sentido, por ejemplo, es que se produce el complejo de Edipo entre los 2 a 6 años, que es un modo de adquirir la ley que va a permitir hablar, es previo a la función fálica. Va a permitir hablar porque tiene este trabajo del saber sobre lalangue que hace al lenguaje.

Si bien está la universalidad del lenguaje, el “para todos”, es importante que la singularidad no está exactamente en la relación al lenguaje sino por la relación que uno tiene a “su” lalangue. Es decir, que cualquier singularidad respecto al deseo está en relación a la lalangue. Cuando Lacan dice: “Es un bien decir”, quiere decir que uno articula algo con el lenguaje y lo está haciendo con su lalangue, incluida como sostén. Cuando decimos que está bien dicho no solamente nos referimos en el sentido de una construcción gramatical, sino que esta construcción gramatical es posible porque hay algo de lalangue, y es con eso que está la función de la frase. O sea, que no es sólo que la frase está bien construida sino que hay una singularidad en la manera de escribir o de decir que es donde está lalangue. Entonces, es por lo que me ha hecho lalangue, que me hace, que me construye para ser hablante. Si no sucede todo esto no hay un significante representa a un sujeto para otro significante.

Me parece importante destacar que lalangue es donde está la singularidad misma. Sin esta singularidad, que no esté presente en lo que se dice, en lo que se escribe, en el sonido con el cual yo digo algo y deformo mi nombre, eso me queda como algo escuchado o bien dicho por otro acerca de cómo nombrarme. Y aunque después me llame de otro modo, o me olvide de esto porque tenía un año, no quiere decir que no me haya hecho eso. Eso es lo más singular. La singularidad del deseo está en relación a aquello que de lalengua está presente cuando hago algo. Sabemos que cualquier algo tiene que ser legible, cuando hay algo de lalangue es posible que haya una singularidad.

Cuando Lacan hace efectivo su descubrimiento cuando habla, su “la la la”, lalangue, es su voz la que escucha, y es con eso que Lacan avanza y tiene la capacidad de poder aprovechar algo que es singular para producir un efecto de transmisión en el psicoanálisis. Entonces, el invento no es lalangue, el invento es cuando Lacan se llamaba de tal manera, o cuando su “la la la” era diferente a un hermano. No sólo es diferente por las palabras deformadas que pueden decirse con lalangue, sino por la voz. Si hay una singularidad respecto de lalangue es la voz. Con lalangue no escribimos y sin embargo con lalangue hablamos. No podríamos hablar si no estuviera la dimensión de lalangue.

Lacan, en el Seminario El saber del psicoanalista dice: “El inconsciente es el ser que hablando goza.” Acá ya no es el ser que piensa, sino que es el ser que hablando goza. De esta manera introduce la cuestión del parletre, la jouissance que es el goce, y el hablar. El ser hablante tiene una dimensión del inconsciente, en tanto lalangue le permite hacer algo que es el hablar; esto es inconsciente; es un goce que sólo se produce con lalangue.

Por ejemplo, a veces al hablar se puede tener un fallido, no es que toca el significante, sino que al escuchar el fallido se tiene varias satisfacciones. Una puede ser que no es sólo la que piensa que es, lo cual es un alivio, siempre. Otras, aparte de esa, puede ser el soñar que rompe la cuestión cuerpo-ser que sino no se rompería, o sea que “también soy ese”, ¿y ese qué cuerpo tiene? También soy ese que sueña y descubre que también es ese que es otro. Y ese otro puede existir, y es necesario que exista otro para hablar. Cada uno tiene su otro, en el análisis uno le exige al analizante que sueñe, quiere decir que es necesario que sueñe para darse cuenta que también es otro. Ese otro que se construye también lo necesita para hablar, para ser ese soñante. Es el otro de cada uno. Es aquel que, amigo o enemigo, yo lo necesito como otro para elaborar la pulsión.

Quería llegar al punto de que esta pulsión sólo se elabora en tanto exista esta función entre “el goce, el cuerpo, y el lenguaje”. Esta función puede darse vuelta o anudarse en un terreno que se llama lalangue. Sin lalangue los tres significantes “el goce, el cuerpo, y el lenguaje” no pueden reunirse.  Una definición de Lacan muy conocida es: “La pulsión es el eco en el cuerpo de que ha habido un decir.” Esta frase condensa todo lo que dije anteriormente. También estoy diciendo que el cuerpo es una palabra, y sí es una palabra, nada más que es sólo una palabra porque ha habido una elaboración del lenguaje en relación a lalangue. En ese sentido lalangue da la materialidad con lo que se hace cuerpo y es por la acción del saber del lenguaje respecto de lalangue. Cuando Lacan sustituye la lengua por lalangue rompe la lingüística, sino yo en estos momentos tendría que seguir diciendo la lengua, y si sigo diciendo la lengua todo es formal, que existe, y nunca está el cuerpo en esto. El cuerpo está cuando se “nos hace con lalangue”. ¿Por qué? Por la copulación de la pulsión y el significante, y es en ese sentido que se crea lalangue.

Me parece que no se trata de que es previo, sino que la lengua modifica o regula las expresiones que no forman frases, me refiero a intersecciones o gritos. Nada está por fuera del lenguaje. El lenguaje hace algo sin lo cual el “como un lenguaje” no puede ser soporte de un saber inconsciente. El lenguaje es el que constituye el saber inconsciente. Pero este saber inconsciente existe en la medida que existe esta dimensión de lalangue con el cual el lenguaje hace su saber. El saber inconsciente está en relación al trabajo que hace el lenguaje. En este sentido “El inconsciente está estructurado como un lenguaje” se puede mantener y habría que hacer todas estas aclaraciones también. Y “como un lenguaje” es porque no llega a hacer un lenguaje, porque al lenguaje le resulta imposible cumplir la función de lalangue, solamente puede hacer un saber sobre la lengua. Y ese saber sobre la lengua es lo imposible. En este sentido “el saber inconsciente” es imposible. Es un saber que es imposible porque es una elucubración, es un saber que se sostiene con y sobre la lengua. Es en ese sentido que el saber inconsciente es imposible. Ahí es que se produce una relación del inconsciente a lo real sin coincidir con él. Una frase de Freud muy importante dice: “Lo psíquico es lo verdaderamente real”. Me parece que “lo real de lo psíquico” se refiere a con qué se hace este saber inconsciente. El saber inconsciente se hace con el lenguaje y con la pulsión. Si se hace con la pulsión se hace con el cuerpo, no hay otro cuerpo sino el hecho por la pulsión en su encuentro con el significante. Y otra vez nos encontramos con la pregunta ¿qué es primero? o ¿a quién querés más? Si hay pulsión hay significante y si hay significante hay pulsión. Nada sucede a poco ni gradualmente, sino que las cosas suceden de repente, como el lapsus.

Me voy a referir a que este saber está articulado como si fuera un lenguaje.

Se producen dos vías. Una es la vía de la lógica y la otra vía es del lenguaje, que pueden coincidir o no. El lenguaje no se articula sin operar sobre lalangue. Y lalangue no es un mito. Es decir, si se quiere considerar que lalangue es un mito, es tan mito como la pulsión. En la dimensión de lalangue está la pulsión. El trabajo del saber en relación a lalangue es porque hay un saber que se articula. En ese sentido “se articula” quiere decir que puede ser dicho, que puede ser escrito. Lacan dice: “El saber inconsciente está estructurado como un lenguaje.” En ese sentido “como un lenguaje” no quiere decir que imita, sino que marca lo imposible que el saber inconsciente pueda ser lalangue. Si bien hablamos con lalangue nunca se articula lalangue. Nada puede ser escuchado sino está bajo la función fálica. Cuando uno habla está todo, lo que es pulsional y lo que es significante, es decir, que uno habla totalmente incompleto, tanto por el significante como por la pulsión. Entonces, ni la pulsión ni el significante hacen un todo, es decir, que no completan una satisfacción, siempre hay una falta, una carencia, o una falla que se juega. Desde que nacemos creemos tener un todo para poder entender algo. Cuando nos damos cuenta que es mejor entender algo para entender que puede no haber un todo.

Lalangue no promete un todo, pero sí crea esta situación de que lalangue es materna, como dice Lacan, ese todo que hay con la madre puede permanecer con uno toda la vida. Y ese todo que hay con la madre nunca parece que va a haber algo, algo que se pueda recortar, algo que se pueda decir, algo que diga algo. Cuando es “un bien decir” quiere decir que se dice algo y no es una referencia bibliográfica, sino que se dice algo porque no está el todo, y sin embargo está la pretensión del todo pero fracasa. Hay una privación de construcción de cualquier frase. Respecto a la frase de Lacan: “La verdad se dice a medias” esto quiere decir que la verdad no se puede decir toda. No se puede hablar de un modo que se diga todo lo que a uno se le ocurre. Es una regla fundamental y es también una privación. Porque es afrontar que todo lo que a uno se le ocurre, por más voluntad que ponga, nunca voy a decir todo lo que se me ocurre. Es imposible.

Ahora voy a otro punto importante que está en la Clase del 8 de mayo de 1973 del Seminario XX: Encore. Lacan habla del “alma” tomando a Aristóteles que dice “El hombre piensa con su alma”, Lacan dice: “¿”Qué es que piensa con su alma? Que piensa con su alma quiere decir que todos los pensamientos uno tiene es sobre el cuerpo.” Es decir, que el ser piensa, y pasar a ser goce implica que todos esos pensamientos que el ser piensa son gozantes, y si son del goce no pueden sino tener que ver con el cuerpo.

Y es con estos pensamientos que se hace la totalidad de cuerpo-ser. Cuando se rompe esto quiere decir que algo puede no ser un pensamiento. De este modo se sale de este encierro con el propio cuerpo, es sacar al goce fálico fuera del cuerpo. El hecho de sacar al goce fálico fuera del cuerpo porque el goce fálico es el que se obtiene al hablar y este goce que está en los pensamientos esté con el otro goce que es al hablar. No sustituye al goce de los pensamientos. Pero este goce fálico es necesario que exista para que el goce de los pensamientos, que sostiene el ser con que uno habla, cuanto más se sostiene el ser más se puede disfrutar de hablar y no gozar solamente con pensar acerca de su cuerpo. Respecto del “alma”, “la psiqué”, son los pensamientos acerca del cuerpo. Entonces, que algo rompa esto, y que vaya más allá de los pensamientos acerca del cuerpo es lo que tiene que ver con una regla fundamental en psicoanálisis: “decirle al otro que hable”. Es decir, que el ser se pueda sostener en otra cosa que no sea el pensar. Sabiendo del goce que hay en el pensar, que es siempre un goce que implica el cuerpo. Esa es la ley. Un goce con el cuerpo puede ser permitido en el sentido de gozarse en la medida en que este goce esté bajo una ley. La ley del incesto. No hay nada que esté por fuera de la ley del incesto, aún aquello que se pretende que esté afuera, está adentro. No hay una contra ley, ya que una contra ley es afirmar la ley. El derecho es algo que bien distribuye el goce porque al legislar sobre lo que es una ley incluye lo que es la ley y lo que no es la ley. No se trata de que uno tenga que elegir, sino que en todo caso siempre se está en ese filo entre lo que es la ley y lo que no es la ley. 

Entonces, citando a Jean-Claude Milner, si hay una ley que permite la universalidad del lenguaje y que es equivalente a la ley del incesto, ¿cómo se puede decir ahora que puede haber una singularidad que está bajo esta ley que dice para todo es así? Excepto para lo que es la singularidad respecto del gozar. El goce es para todos, pero cada uno goza como goza. A veces esto permite la perversión o en un grado máximo el racismo, pero El goce es para todos, pero cada uno goza como goza. Ese goza como goza de cada uno, no es en el sentido de la propiedad, sino que cada uno lo hace y es hecho por el modo en que está en su relación a lalangue, es decir con aquello que hay en la eficacia de la construcción de su saber en relación a lalangue. Lalangue es con lo cual hablamos sin saberlo. No es que hablamos con el lenguaje sin saberlo, hablamos con lalangue sin saberlo con el cuerpo que está en lalangue. El cuerpo está en lalangue, solamente que uno se apropia del cuerpo a través de lalangue.

Lacan en este Seminario XX: Encore, dice: “A veces frente a un imprevisto o a una sorpresa ocurre que el sujeto se barra, queda barrado, dividido.” Ahora, esto mismo en francés quiere decir que “el sujeto se barre, se las toma”, es decir, que cuando ocurre que el sujeto se las toma aparece la cuestión del ataque de pánico, etc. En ese sentido Lacan dice que es algo que es un imprevisto, que a uno lo descoloca, puede ser un trauma, dice que “el sujeto se va”, “el sujeto se las toma”, es decir, desaparece. Quiere decir que cuando uno se divide también puede desaparecer, pierde eso que le hace sentir que es uno. ¿Por qué se barre el sujeto?, ¿el sujeto se barra porque un significante representa a un sujeto para otro significante? Sí, pero se hace efectivo por la relación que tiene con el cuerpo. En algún caso clínico el cuerpo está presente de tal manera que los efectos en el cuerpo son tales que allí no hay palabras, no es que no haya palabras, sino que lo que hay es el predominio de los afectos, porque el sujeto se las toma, y queda sólo el ser hablante, tomado porque habla, y en lo que habla se borra, o se va si no tiene la posibilidad de dividirse en ese momento. Se barra o se las toma.

Con el análisis se puede aprehender y ser educado y, en vez de tomárselas, dividirse. Es mejor. Uno está más amortiguado frente a lo que nunca se sabe y que es lo que viene después. Es claro que el saber inconsciente lo único que puede dar es la posibilidad de que alguien tenga un saber hacer con su singularidad. La singularidad no está sólo porque está bajo las leyes del lenguaje, sino que en ese hablar hay algo singular que está en relación estrictamente a lalangue. Es decir, la relación que uno tiene por como lalangue lo hizo en relación a la pulsión y al significante. Se trata de hacer todo lo mejor posible, y es cierto, pero nunca se sabe qué es lo mejor posible hasta después que se hizo. La singularidad asegura que sea lo que sea que se haga siempre es una singularidad.


El presente texto es la transcripción de la clase dictada por Norberto Ferreyra el 18 de noviembre de 2016 en el Seminario Clínico Practicar el Psicoanálisis “La interpretación, el ser, el cuerpo y el nombre” convocado por Anabel Salafia y Norberto Ferreyra. La versión completa, que incluye las intervenciones y preguntas de los presentes, puede consultarse en la Biblioteca Oscar Masotta, EFA.