Lalengua nos hace, nos construye como seres hablantes, y es en lalengua donde reside la singularidad en la que el psicoanálisis se apoya para escuchar al sujeto del deseo.
Es por esto que los films de Nurith Aviv me convocan, por tratarse de una cineasta lectora del pasaje de una lengua a otra.
Escuchar en el análisis es leer entre líneas los textos que lalengua pulsa con el significante, que como nos recuerda Masotta , es tanto la palabra a la que da voz la alucinación auditiva, como la letra W de Wespe, del caso de Freud, como el grupo fónico Bo, del ejemplo de Bosnia.
Por esto leer entre líneas, es el camino que elegí para abordar los films.
Traducir
Traducir es leer en el entre dos, dos lenguas, dos textos como el relato en sesión de un sueño y sus asociaciones. Lo dicho, lo no dicho, los cortes, interrupciones, intersticios.
Allí la lectura antecede a la escritura, para un sujeto, que lee sin saberlo con el rasgo primero, para luego poder escribir, dar permanencia, pues “verba volant” y “scripta manent”.
Una traducción no reemplaza al texto en su lengua.
Diferentes textos en este juego flexible de lo simbólico y lo imaginario, se pueden extender en el tiempo y su confrontación arrojar una nueva narración.
El tiempo sostiene la falta, impidiendo encontrar una sabiduría como fin.
Se trata de un movimiento donde se destruye y se construye, entre la lengua hablada y el escrito.
En la traducción a otra lengua, algo se pierde, pero un núcleo duro resiste no queriendo ser traducido, como un agujero que pulsa inaccesible, como límite al retorno de lo reprimido.
Traducir es entonces volverse autor del texto, y siempre está en juego el asesinato del padre.
Se trata de decisiones de corte y de un exilio, una cierta ajenidad en relación a generaciones anteriores.
Para concluir, tomé el texto de un testimonio de la película Traduire, y lo puse en relación con un texto de Masotta.
Testimonio de Traduire: “Comencé a traducir en parte porque quería ser poeta y me di cuenta que esa era una manera muy buena de enseñarme a mí misma a escribir. Cada línea que se traduce puede ser interpretada de muchas maneras y la pregunta que surge es ¿vas a captar el significado, o el registro, o el estado de ánimo, o el ritmo o la música?”
Oscar Masotta, Ensayos lacanianos: “El poeta da testimonio de una relación profunda del deseo con el lenguaje. Un poeta habla con lo que dice, con los sonidos con los que no dice, con las escansiones, los ritmos, las formas cuantitativas del verso. Un poema es la suma de todos sus niveles y de las transformaciones que permiten pasar de unos a otros”.
Lengua sagrada. Lengua hablada
“Un muro de lenguaje se opone a la palabra”.
“A medida que el lenguaje se hace más funcional, se vuelve impropio para la palabra, y de hacérsenos demasiado particular, pierde su función de lenguaje”. Jaques Lacan, Función y campo de la palabra.
“La poesía metafísica evoca mucho mejor el deseo que la poesía figurativa que pretende representarlo”. Oscar Masotta, Ensayos lacanianos
La lengua hablada está viva, late, frente al empobrecimiento que generalmente abate al idioma.
Pero no se trata del lenguaje fijo del entorno familiar, sino de la necesariedad de una lengua que flota y siempre vuelve a surgir, considerando que algo se pierde.
No se trata del apego o la afinidad, sino de la capacidad de reinventarse, deteriorando antiguas maneras, lo que arma una cierta ajenidad.
No se trata de juzgar a las palabras, ni del lenguaje sintético esterilizado y limpio, sino de dejarlas libres, aceptando que algo se pierde cuando se cruza a otra orilla.