Por Luz Lemos
«Vamos pues y que los cielos prósperos
nos den hijos de quienes seamos padres»
Moliere – El atolondrado, o los
Contratiempos. Acto V escena XI
En la reunión de trabajo de la Secretaria de Biblioteca de la Escuela Freudiana de la Argentina, conversamos sobre la próxima actividad que se llevará a cabo, el tema principal es la lengua y sus avatares en el discurso del Psicoanálisis; así fue como comenté y transmití mi investigación sobre la obra de Barbara Cassin. Encontré una mujer, una autora, que toma posición y sostiene un discurso, sus desarrollos son aportes al movimiento del pensamiento actual. Entre autores ineludibles están los intercambios ocurridos con Humberto Ecco, Gilles Deleuze, Hannah Arendt, entre otros.
Si la leemos desde el discurso del psicoanálisis, teniendo en cuenta la Europa de hoy día, estando nosotros en el sur y desde Buenos Aires, encontramos que esas temáticas resuenan aquí también. Me evocaron las palabras de Norberto Ferreyra: “El psicoanálisis es, básicamente, el tiempo de decir las cosas. Esto es importante porque es el psicoanálisis mismo: que cada uno encuentre su tiempo y su modo de hablar.”
Cassin es francesa, nacida en 1947,, actualmente Directora de Investigación del Centre National de la Recherche Scientifique de París, trabaja en la perspectiva de las recuperaciones contemporáneas de la relación entre la práctica de la filosofía y el lenguaje. Algunos de sus libros: Le plaisir de parler (1986), La décision du sens con Michel Narcy, (1989). También ha dirigido la edición de Positions de la sophistique (1986), Nuestros griegos y sus modernos. Estrategias contemporáneas de apropiación de la Antigüedad (1992), Más recientes son: el monumental Vocabulaire européen des philosophies: dictionnaire des intraduisibles (2004), El efecto sofístico (2008), Googléame, Más de una lengua (2014), y No hay relación sexual, hecho con Alain Badiou, es el libro que elegí reseñar tomando solo la lectura de B. Cassin.
Barbara Cassin junto con Alain Badiou proponen acompañar, «con» este texto, la lectura de L’Etourdit. En el comentario que transmití hoy tomé la lectura que hace ella, en la gesta de abordar El Atolondradicho, orienta al lector en la problemática introducida por Lacan en este Escrito cuyo entramado resulta de extrema complejidad. Destaca a l’ Etourdit como un texto «de una posición en cuanto al habla, la interpretación y el sentido», continua «es a mi juicio el único texto que escapa al aristotelismo«, y luego «es aquel entre todos los textos contemporáneos, que hace suyas la mayor cantidad de posibilidades de escapar a él«. Con estas palabras marca que se trata de un hito en nuestra época.
La autora, desde el comienzo nos hace saber la importancia de incorporar este aporte lacaniano, en su dimensión de innovadora riqueza, y mejor aún, brinda esta herramienta fundamental para su lectura.
Cita a pensadores que pueden allanar el camino, como el filólogo-filósofo Heinz Wismann que introduce el pensamiento de Demócrito. Lacan toma en consideración, al original y versátil pensador de Abdera, que había establecido en su obra los átomos (femenino)* y el vacío, como los principios de todas las cosas. Lacan destaco el pensamiento de Demócrito cuando realiza un procedimiento lógico en la tarea de subvertir el saber establecido desde Aristóteles a nuestros días.
Aristóteles ha transmutado el pensamiento de Demócrito y luego de traducir el sustantivo femenino a masculino, aún ya travestida la noción de átomo, se encontró ante una obra imposible de acallar. Así fue como optó por confundirnos poniendo esta obra inédita “en orden”, hizo entonces una traducción a un supuesto materialismo encerrando en una casilla a un pensamiento liberador.
Entonces nuestra autora lee a Lacan y señala que él ha considerado el aporte de los otros filósofos y ha llegado a establecer como eje discursivo, pasar de la univocidad de sentido = esencia, a destacar la pluralidad y deslizamiento del sentido, el paso de sentido. Cassin sostiene que no hay un sentido único, no solo pluralidad sino diversidad de lenguas, es la historia, es la cultura del Mediterráneo, es la historia de “la ruta de la seda”, así es hablar más de una lengua, y es al hablar dos o más lenguas, cuando se nos abre la posibilidad de darnos cuenta de qué tipo de equívocos y/o confusiones produce una lengua.
En No hay relación Sexual, trata de organizar el pensamiento por la diversidad, al dar cuenta que no se trata de una lengua universal como el “Logos, griego antiguo” sino en un discurso desde el decir de Lacan: a partir de homonimia y equívoco es como nos acercamos a “lalangue”. El abordaje desde el texto de Lacan, hace una subversión del núcleo aristotélico o principio de contradicción, aún más, aborda la lengua desde el equívoco, y se trata de que al caer la univocidad de sentido = esencia, pasamos “a tener presente que el sentido no puede ser sino equívoco y esto se llama el au-sentido: homonimia y equívoco”.
En nuestra época de la comunicación avasallada por un pensamiento único que la lleva a su degradación convirtiéndola en mercancía, instrumento de persuasión, es sin espacio para el otro; deformación que busca la eliminación de toda alteridad en provecho de lograr una sugestión que se va forzando hasta aplastar la subjetividad.
La posibilidad del encuentro en la conversación, el espacio del estar con el otro, la palabra en una progresión del sentido, transcurren apartando aquellas telarañas; si buscamos recoger estas huellas ocultadas, incorporadas por Lacan, y en las últimas décadas, incluso por otros pensadores, que han sabido buscar en el paso y en la resonancia, aquellos mojones que, como rayitos de luz rescatan desde los albores del pensamiento occidental, no dejan de acercarlas, llegadas a través de los tiempos, portando aires de diversidad.
* Según Heinz Wismann, en la lectura de Demócrito: átomos > atomon = idea
* Convocatoria a las Jornadas Desde Buenos Aires Retorno a Lacan, 14 de marzo de 2018. Norberto Ferreyra.
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