Por Marisa Plástina
Quiero agradecer mucho a las integrantes del cartel de Biblioteca de la Escuela Freud-Lacan de La Plata, Sandra Iribarne, Anabella Ottaviani, Patricia Chari, Carolina Gamaler Rodríguez y, especialmente, a María Cristina Borda quien me cursó la invitación. Agradecer también a Noemí Sirota que escribió el libro que hoy nos convoca, por darme la posibilidad de presentarlo ante Uds. Y a mis compañeras de la EFA que han venido hoy hasta aquí a acompañarnos.
De lo que les quiero hablar es de lo que me evocó la lectura del libro de mi compañera. Me di cuenta que no tenía otro modo de hacerlo presente ante Uds. si quería ser fiel al modo en que me llega la experiencia de esta lectura. Entonces, experiencia… ¿cuál es el origen de esta palabra? la raíz indoeuropea del término es “per” que significa travesía. Travesía de la autora por la experiencia del pase, que la lleva a donarnos este libro. Travesía en la que podemos acompañar a la autora a lo largo de un recorrido que nos guiará por distintos textos.
“Testimonio y experiencia. El psicoanálisis, su transmisión”, un libro que se ocupa de transmitir el Psicoanálisis. Se trata del testimonio de una experiencia con y en el discurso del Psicoanálisis.
En el capítulo, denominado: ”El testigo y el testimonio. Lo colectivo y el sujeto de lo individual” la autora hace referencia a los textos de Agamben y de Primo Levy que le permiten pensar acerca del testigo y de testimoniar. Referencias importantes que va a relacionar con la dimensión de lo real y lo imposible en Lacan y con hacer decible lo que sucede en el síntoma. Con el testimonio es posible dar cuenta de una experiencia que no supone la acumulación del saber del experto. Experiencia que se transmite con palabras, no sin el cuerpo y además con la presencia de otro.
El libro conlleva un movimiento hacia el psicoanálisis en extensión. Da paso a la transmisión y también a la enseñanza. Es un libro para estudiar sobre el pase, pero también sobre el deseo de analista. Abre la puerta al discurso del Psicoanálisis. Y este es el valor político que entraña este libro. Transmite que el deseo del analista es singular pero que busca un sujeto para sostenerse. Quien pide realizar el pase, decide dar cuenta de su deseo pero también de una transferencia con un discurso que se apoya en una falta, que está causado por una falta, hecho que nos permite hablar.
Dice Jean Claude Millner en “Por una política de los seres hablantes” que la política surge cuando el ser hablante se encuentra con otro ser hablante y se da cuenta que es plural. Y esta pluralidad está presente en el libro.
“Testimonio y Experiencia”, es un libro hecho en acto, quiero decir haciendo de una experiencia singular un decir con otros. Noemí Sirota nos lo dice cada vez otra vez, y se ocupa de construir su transmisión con otros con mucha generosidad. Y entonces en el libro aparecen distintas voces que se suman y preguntan y debaten con ella respecto del dispositivo. “Lógica de lo colectivo”- dice-“en cada uno, en tanto en el dispositivo hay distintos pasos para esta transmisión de uno a otro, y esto tiene que ver estrictamente con la lógica del análisis.”
Es un libro que también da cuenta del interés sostenido por Noemí Sirota de que el psicoanálisis siga. Que pase. Pasar el libro para que sea un testigo entregado a cada uno que quiera leerlo y transformarse en “pasador o pasadora” de su investigación… En la pág. 70, dice: “Mi idea no es pensar el final del análisis ni el dispositivo del Pase, sino la función del testimonio, especificar la función de dar testimonio de la experiencia del análisis.”
El pase es un dispositivo de Escuela. Quien participa de una Escuela de Psicoanálisis, participa de una experiencia colectiva. Y es en este plural, donde se verifica el deseo de analista.
Quiero decir, es en el cartel de pase, con otros pensando, discutiendo, constatando, que se produce o no, una nominación. Nos lo dice en el capítulo llamado, “El analista se autoriza de él mismo y con algunos otros”. Ahí se caracteriza el dispositivo del Pase: El pasador, el pasante y el cartel de Pase. Este último escucha el testimonio y decide la nominación. Dice Sirota: “El A.E. surge del trabajo del Cartel, pero no es una autorización para analizar, para ser analista, sino la constatación de que hay deseo de analista”.
Me detendré en el pasador, ya que yo he sido pasadora en tres ocasiones de solicitud de pase.
En el libro dice Noemí Sirota: “el pasador es testigo de eso que pasa de una orilla a la otra, transporta de una orilla a la otra, con su voz, ese testimonio encarnado en su voz.”
En otro capítulo denominado. “¿En qué lengua se habla en el pase?” leemos: “la que deja escuchar las marcas de goce, presentes en ese testimonio, que pasa el pasador sin saberlo”.
Trabajando en orientación vocacional, he escrito, que mi función en esos procesos, la de pasador, ése que “colocado como eje de una bisagra permite la apertura y cierre de una puerta.” En relación con mi tarea: escucho el relato de aquél que quiere hacer el pase a la universidad, pasar de ser alumno de escuela secundaria a ser estudiante universitario, pasar también al mundo adulto, al mundo del trabajo. En ese texto decía de mi función: “estar ahí abriendo la puerta escuchando eso que hace síntoma en la elección, para que el consultante pueda formular alguna demanda empezando a conmover algunos de sus dichos.”
Estar ahí, esa fue mi función en cada pase cuando escuché cada testimonio. Estar ahí, poner el cuerpo y recibir las palabras de la pasante. Pero a diferencia del trabajo con los jóvenes, no contaba ni con la atención flotante, ni con el lugar del Sujeto supuesto saber, ni con la posibilidad de pregunta alguna… Sólo mi cuerpo y mi escucha atenta y concentrada en el testimonio de quien había pedido el pase. Despojada, dejándome vestir por las palabras del pasante.
Ropaje sobre mí que había prestado mi cuerpo y mi voz para trasladar el testimonio. Alojar las palabras para que ese decir fuese luego alojado en otro lado. “Sin saber, como dice Sirota en el libro: “… qué se pone en juego.” Y agrega: “El que transporta ese shibboleth, esa palabra de pase, no sabe qué cosa está pasando. Eso es insabido, lo quiero destacar”.
Ha sido a partir de este libro Testimonio y Experiencia, que puedo decir, que el pasador es testigo que permite que el testimonio que llega al cartel de pase se transforme en testigo de una experiencia con el inconsciente que hubo de realizar el pasante. Ese testigo que el pasante por vía de un testimonio transmitido a otro donará a la Escuela para inscribir junto a su nombre otras letras, aquellas que dan cuenta de su deseo de analista. Valor político del pase que respeta la singularidad del sujeto puesta en juego en su deseo. No hay identificación posible con el analista como pretendían las sociedades analíticas post-freudianas. Hay en tal caso un saber hacer con aquello que de su discurso lo identifica con el síntoma.
Ahora bien, me gustaría para ir terminando referirme al lugar del A.E en la comunidad de analistas. La autora nos habla de “valor instrumental del Pase” para interrogar el intersticio entre saber y goce. Y agrega respecto del A.E que su tarea es hacer avanzar el discurso del análisis y practicar la política del síntoma, como modo de entender la ronda de los 4 discursos. Es en este punto donde quiero hacer mención especial por la preocupación de Noemi Sirota respecto del Psicoanálisis en extensión, de su relación con otros campos de saber, como (así dice): “consecuencia de la experiencia del análisis y su necesidad de transmisión, insistimos, en el dispositivo del Pase.”
En esa dirección voy a leer en el libro, una nota al pie que quiero destacar:
“Nota 11, Pág. 42: En la Conferencia de Milán, Lacan articula un quinto discurso, el discurso capitalista, del cual sólo da algunas características y nos deja, como con el campo lacaniano, las bases para continuar. Esa es nuestra tarea.”
“Nomi, tu libro es testigo que nos llega, como dije al principio, y nos invita a sostener la apuesta de transmitir el Psicoanálisis, y por qué no, producir un nuevo giro que nos permita desarrollar un algo más sobre el discurso capitalista. Sigamos Nomi”.
Muchas gracias.
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