María Gabriela Correia: Buenas tardes a todos. Bienvenidos. Es un honor y una alegría para mí desde el Directorio y a través de la Secretaría de Publicaciones, dar lugar a la presentación del libro de Anabel Salafia, en formato de e-book, que estará a cargo de prestigiosos psicoanalistas.
Anabel Salafia es psicoanalista, AME y miembro fundador de la Escuela Freudiana de la Argentina, junto a Oscar Masotta y otros; cofundadora y vicepresidente de la Fundación del Campo Lacaniano, miembro de la Fundación Europea para el Psicoanálisis en donde ha dictado diversos cursos y seminarios; es autora de los siguientes libros, entre otros, Esquizia y necesidad de discurso, Practica y discurso del psicoanálisis, Carpetas de enseñanza del psicoanálisis, 1, 2 y 3; ¿Qué es el deseo? 1 y 2; y en e-book, el libro El fracaso de la negación.
Esta presentación tiene la particularidad, por un lado, de ser la de un libro que se publicó en el año 2008, y de haber logrado ser un libro de consulta constante, de cabecera, diríamos, por parte de la comunidad analítica, ya que nos ilustra acerca de operaciones fundantes del psiquismo. Es un libro imprescindible para aquellos que quieran formarse en serio en la práctica del psicoanálisis. En razón de ello en el año 2019 tomamos la decisión de publicarlo además en forma de e-book.
La presentación estaba prevista para abril de 2020, pero nos sorprendió la pandemia. Ya en 2022, pensamos que esta presentación no se podía hacer esperar más, y aquí estamos hoy, a través de este medio remoto.
Quiero agradecer fundamentalmente a Anabel Salafia por su confianza para que llevemos adelante el cuidado de esta nueva edición que nos permite otro modo de acceso a su lectura. Y mi agradecimiento también para los corresponsables de la Secretaría de Publicaciones, que trabajan codo a codo e incansablemente para que diversas publicaciones de clases, libros, e-books, tengan lugar. Los voy a nombrar: Helena Casas, Irene Glecer, Alicia Higgins, y este año se sumaron al trabajo Ricardo Arraga y Noemí Sirota. A ellos muchas gracias. Quien les habla, María Gabriela Correia, responsable de la Secretaría.
Ahora, escucharemos la presentación de Clelia Conde.
Clelia conde es AME de la Escuela Freudiana de la Argentina. Fue AE en el período 1998 2000.Actual Miembro del Consejo de la Fundación del Campo Lacaniano. Directora de la Escuela Freudiana de la Argentina en el período 2016-2020.Trabajó como supervisora y dictante de seminarios en diversos hospitales y centros de salud. Autora del libro Juego el juego, en Ediciones Kliné. Actualmente preparando su próximo libro en co-autoría con Patricia Mora: El niño presente y real, práctica de análisis con niños. Tiene publicados otros libros en colaboración.
Clelia Conde: Agradezco a Anabel Salafia por su invitación a esta presentación, a Anabel Salafia y a la Secretaria de Publicaciones, a su responsable María Gabriela Correia.
Tengo la suerte de estar presentando el libro El Fracaso de la Negación de Anabel Salafia en su formato digital. Sin duda será una presentación diferente a cómo lo hubiese hecho en su formato papel cuando apareció por vez primera. Es una presentación con el “as en la manga”, con la ventaja que supone haberlo leído y trabajado durante estos años, contando con el efecto que su enseñanza deja para todos los que tuvimos la buena fortuna de encontrarlo.
La buena fortuna endeuda –a diferencia de la fortuna mal avenida– y esta deuda la pagamos hoy como se hace con libros que uno atesora: los comparte, los recomienda, los cita y los hace en cierto sentido propios.
El libro surge a partir del Seminario de Enseñanza y Formación, práctica de los miembros de la Escuela Freudiana de la Argentina, lo cual le imprime un sello particular. Se trata de un libro efecto de una enseñanza, seriamente comprometido con la formación del analista en una escuela lacaniana. Por esta razón, por estas razones que da la práctica de escuela es que voy a resaltar del libro aspectos que le dan al contenido una eficacia particular.
Considero este libro fundamental para la práctica lacaniana del análisis ya que través de las articulaciones lógicas de la negación se muestra el fundamento de lo que implica afirmar que el inconsciente está en lo que se dice.
El libro es la práctica de cómo se construye un programa teniendo en el horizonte la articulación Freud-Lacan. No se trata únicamente de un programa sino de su construcción, y esto es lo que libro en su recorrido es. Se practica una hipótesis de lectura con algunos principios que son la base de la trasmisión: no eludir los puntos que se presenten contradictorios, abstenerse de la intención de constituir un campo totalizado y ser, por lo tanto, capaz de distinguir los momentos en que los conceptos se vuelven necesarios a partir de los impasses a los que se llega.
Esta fortaleza metodológica hace a la consistencia del libro, que no es a priori, sino un fortalecimiento que se va construyendo sostenido en un marco muy preciso: trabajar los textos freudianos deslindando si se trata del orden de la palabra o del orden del discurso. Esta distinción que hace a la práctica de la lectura no sería posible sin la suposición de la escuela como lazo social.
Es por este motivo, porque la práctica crece y se consolida en un lazo con otros analistas, que al volver a leer el libro, me di cuenta que no es posible, jamás nunca leerlo con un as en la manga. Porque lo que el trascurrir de los años ha hecho es profundizar el alcance de lo que significa la formación del analista en una escuela, y eso da otra dimensión a la lectura.
Si bien el texto fundamental de apoyo al trabajo es el “Proyecto de una Psicología para neurólogos” en contrapunto con el seminario de la Ética, también hay un diálogo con Gilles Deleuze, con Crítica y Clínica. Este apoyo da la encarnadura con los personajes que presenta a los distintos modos de decir la negación.
La diferenciación entre las distintas presentaciones de la negación acorde a la estructura: negación, desistimiento y forclusión se muestran claramente a partir de mostrar la diferencia entre represión y negación. En el inconsciente se puede afirmar y negar al mismo tiempo –lo que corresponde al campo del lenguaje– pero no así en el discurso. Pasar a discurso implica la necesidad de la afirmación y la negación, recordando que afirmar es tanto sobre lo que hay como sobre lo que no hay. Es decir, concierne a la función del juicio, posible a partir del campo operacional de das Ding. En los capítulos se va a ir desarrollando de qué manera cada estructura establece una distancia con el objeto, distancia que implica tanto alejamiento como acercamiento, aproximaciones necesarias para el hablante que debe mantener siempre cierta relación con sus objetos.
A partir de estas bases la discriminación de las formas que puede tomar el fracaso de la negación, permiten ubicar cuestiones muy valiosas de la práctica:
Entre ellos, y solo para que vayan mirando a través de la vidriera, es decir para colocarlos en una posición deseante respecto de lo que su lectura ofrece:
- La distinción entre la represión (como impedimento de que el objeto se pueda traducir a palabras) y la negación como la capacidad del que habla para poner en cuestión en su decir la relación de las palabras y las cosas.
- La distinción entre el rechazo y la expulsión, con la consecuente diferencia de lectura del negativismo en la clínica.
- La distinción entre la pulsión de muerte y la destrucción como condición de la creación del símbolo.
- La función de la negatividad en la histeria y en la neurosis obsesiva, su relación con la disociación y la despersonalización.
- La relación de la negación como prohibición de nombrar en la fobia.
- La carencia de la función en la palabra para sortear la falsa oposición yo-no yo en las neurosis narcisistas.
- Las presentaciones del fracaso de la negación en la hipocondría y el llamado esquizofrénico, en cuanto a su particular tratamiento de las imágenes verbales.
Todas estas cuestiones conducen de diversas maneras a la dimensión ética de la pulsión de destrucción y al efecto sobre la deuda y los deberes morales que le impone al sujeto.
Que solo en un discurso puede revelarse la falla de la Bejahung como admisión es lo que orienta el decir del libro conduciéndolo al punto que nos toca más cercanamente: la función de la negatividad en el pasaje de analizante a analista, esa negatividad que se pone en juego cuando en la caída del Sujeto Supuesto Saber el saber cae sobre el analizante que pasa a ser activo respecto de sus producciones.
Los dejo con este apasionante programa de trabajo: cómo aprender a aprehender mientras se está aprendiendo. Lo que de entre casa llamamos trasmisión.
María Gabriela Correia: gracias Clelia por tus palabras.
Escucharemos ahora a Diego Fernández, A.M.E de la Escuela Freudiana de la Argentina. Actual Integrante del Cartel de Pase de la Escuela Freudiana de la Argentina.
Co-Autor de los siguientes libros: La fobia: un tiempo en la estructura, El cuerpo y sus avatares, El hilo en el laberinto: Lectura del Seminario De un Otro al otro, Identificación, nombre propio y síntoma, en formato de e-book
Participa con sus trabajos en Congresos y Jornadas.
Diego Fernández: Qué tal, buenas tardes.
Quiero agradecer a María Gabriela Correia por la presentación y a cada uno de los integrantes de la Secretaría de Publicaciones por el trabajo realizado. También quiero agradecer a Anabel Salafia la cálida invitación a participar de la presentación en formato e-book de su libro El Fracaso de la Negación.
Creo que ya sabemos y es una frase hecha que cada persona es distinta, que todos somos distintos.Y también sabemos que algunas personas son más distintas que otras; bueno, Anabel Salafia es una distinta.
Muestra de esto, entre otras muchas cosas que hacen al hueso y al corazón del psicoanálisis es este libro. Libro que aparece en formato tradicional en el año 2008, momento en el cual tuvo su primera presentación. Hoy lo presentamos en formato e-book y seguramente sea presentado con el tiempo en otros formatos ya que es un libro que enseña a leer a todo aquel que quiera enterarse.
Es una nueva crítica del juicio que Anabel Salafia sabe leer en los textos de Freud y en la coherencia de Lacan. No solo sabe leer, sino que logra transmitir y enseñar esa lectura.
Es un libro que no quiere inventar nada sino decir claramente lo que es el campo de das Ding, el campo de la cosa, es decir, el campo del goce.
En la historia que impropiamente podemos llamar del pensamiento humano existió siempre la necesidad de encontrar una guía de acción, respecto de una realidad que fuera verificable como tal a través de una garantía de identidad. El orden celeste, el orden astral era incorruptible. Orden de realidad identidad que cae con Galileo y ya entonces la función del objeto perdido toma su lugar en la subjetividad: Freud se encuentra con que debe formular el juicio de existencia como la búsqueda no del objeto sino del reencuentro del objeto. La realidad Freudiana se conforma sólo como consecuencia de la dependencia respecto del otro, es decir a través del complejo del semejante. ¿Qué es lo que en el campo del deseo podría definirse como el Bien del sujeto, ya que este puede muy bien confundir su bien con su destrucción? En el acceso a una realidad ningún progreso es posible sin la función diferenciadora, de distancia, de das Ding.
Así comienza, en parte, el fino trabajo que hace Anabel Salafia. Es un libro hecho de articulaciones fundamentales para el discurso del psicoanálisis. Nos encontramos por ejemplo con un desarrollo sobre el juicio y su función, en tiempos, hoy, donde muchas veces parece que se ha perdido.
La función del juicio, se lee, es ética y estética. Ética en la medida en que depende de una realidad correlativa a la ley moral, que hace a la ética de la vida cotidiana y a partir de cuya crítica una ética no moral se constituye en el análisis mismo. Es desde el punto de vista estético que el cuerpo está, si se entiende que estético hace referencia a organización, que supone un sentido y de acuerdo con este sentido una finalidad. ¿Cómo sé qué necesito para que no me ocurra que prefiera la mala voluntad a la buena voluntad?
El campo de la cosa nos provee de las coordenadas necesarias para leer determinadas cuestiones. El inconsciente se hace discurso a partir de la negación. Es decir, la negación no es un término del inconsciente, el sujeto es hablado, no niega. La negación es una función activa de barrera del sujeto respecto del ser hablado propio del inconsciente, es un operador discursivo.
Lacan revela una coherencia en los textos de Freud y Anabel Salafia hace de eso, cada vez, un programa practicable.
La negación, el tiempo y la escritura. Afirmación y Expulsión. El negativismo. La deuda infinita. Negación y pulsión. Represión negación e inconscient. eLa negación y la pulsión de muerte. Todas articulaciones clinicas.
Un mano a mano permanente con Deleuze y su libro Crítica y clínica. La Bejahung lograda, nos indica que la pulsión de destrucción o de muerte, no tenida en cuenta por Deleuze, encuentra la palabra como recurso, por ejemplo: el chiste.
A los efectos de esta construcción del objeto, Unlust, muchas veces la Bejahung es una afirmación aportada por el deseo del analista. El efecto de esta operación es el cernimiento del displacer, lo que otorga el carácter de ser algo separable, algo respecto de lo cual el sujeto puede tomar distancia, porque la afirmación aportada le permite reconocer la identidad del displacer con el negativismo.
Si no hay negación, hay fracaso de la repetición, de la expulsión de la palabra en la cosa. No se trata de precipitarse sobre la negación ya que permite el pensamiento y la afirmación articulada.
La pulsión de destrucción de la que habla Freud hace referencia a la destrucción por desintrincación pulsional; es decir que hay un fracaso de la expulsión, un fracaso de la Ausstossung, hay un rechazo que no cesa de no producirse.
Si está la posibilidad de que la negación sea eficaz ello equivale a que existe la posibilidad de un rechazo, distinto a la imposibilidad del rechazo que equivale al incesto. El no-yo no es lo que se opone al yo, es el equivalente del unlust, del displacer, y es algo que en términos de objeto es un desprendimiento del yo, un resto del yo que mueve toda la función intelectual del juicio.
Cuando falta la palabra hay violencia.
En lo que se refiere a Bartleby, su ser es el objeto de un mensaje que ha puesto a la cosa en el lugar de la verdad.
La Negación es considerada por Freud como la condición del pensar. Pero podemos preguntarnos ¿qué es lo que Freud concibe como pensamiento?
Lacan ubica al objeto a en cierto lugar respecto a la negación, en la medida en que sitúa ese no como no siendo significante. El no se hace sustituible a la función del objeto a.
Es preciso, dice Anabel Salafia, establecer una articulación entre pulsión de muerte y la negación respecto de la deuda infinita a través de la función del juicio.
¿Cómo funciona la represión y la negación en este nivel del texto freudiano respecto del inconsciente?
Teniendo en cuenta el interés propiamente analítico de este libro de Anabel Salafia, la expresión formación del analista es una referencia clara en este trabajo.
Este libro presenta, trae coordenadas, categorías apropiadas para entender y saber que hay cosas que no se pueden leer simbólicamente en lo que sucede.
El término clínica tampoco dice lo mismo cuando se aplica a la literatura y cuando se practica en el discurso del psicoanálisis. La angustia en ambos casos es diferente, cuando se presenta en una práctica en la que esta implica una relación con el otro real, como es el psicoanálisis, es bien distinta de cuando lo hace en una práctica referida al otro de los textos.
Sin cuerpo, sin vos, ni mirada. Es difícil pensar en una clínica allí donde no hay ninguna función posible del objeto a.
Cuando se trata de la negación, la interdicción no es lo fundamental sino la subsistencia de la palabra, en ella reside la vida y la ética, algo que Anabel Salafia apuesta cada vez en su transmisión.
Transmisión, que a su vez, es la invitación al encuentro con un discurso, el del psicoanálisis, lo que supone el encuentro con una ética, que hoy, en la sociedad de estos tiempos, hace falta y es necesaria para que podamos seguir hablando.
María Gabriela Correia: Gracias Diego.
Por último, le damos la palabra ahora a Noemí Sirota: AME de la Escuela Freudiana de la Argentina.
Nominada AE en el período 2014-2016. Directora de la Escuela Freudiana de la Argentina entre 2009 y 2012. Integrante del Consejo de la Fundación del Campo Lacaniano, de Ediciones Kliné y del Comité editorial de la revista Lapsus Calami.
Noemí Sirota: Es para mí un placer enorme estar hoy aquí para presentar este libro en este formato que implica una nueva versión de El fracaso de la negación que podríamos considerar un clásico de la formación en nuestra escuela.
Este libro dice de un modo privilegiado lo que podemos entender de la indicación de Lacan cuando afirma que se trata de Poner la Cosa en práctica. El campo que se abre a partir del descubrimiento freudiano. La Cosa freudiana puesta en práctica en la formación en el análisis y su correlativa consecuencia que implica extraer las consecuencias del acto analítico haciendo escuela de lo que el psicoanálisis nos enseña.
Volver a entrar en este libro y encontrar estas articulaciones, las consecuencias de estas articulaciones en mi manera de escuchar, en mis preguntas, en el descubrimiento de mis resistencias y dificultades, encontrar también lo que de estas articulaciones procede para dejarme leer y encontrar cómo admito o niego, o mejor dicho cómo estoy admitiendo cuando se articula una negación, distinguiendo lo que excluyo por admitirlo allí, de lo que rechazo por aceptarlo sin darle existencia, es lo que quiero agradecer a esta invitación de Anabel Salafia a presentar este nuevo formato del libro.
Con este texto podemos darnos el lujo de pretender construir más de un programa de trabajo o como dice el texto podemos contar con una orientación para abordar esa articulación que hace falta.
Esa articulación que buscamos cuando advertimos la diferencia que implica darnos cuenta del pasaje de un Campo a otro cuando leemos, con Lacan, en el “Proyecto de una psicología para neurólogos” y nos encontramos con que no se trata de un modelo neurológico sino la puesta al día de una pregunta ética, en ese “orden de realidad nuevo” que se abre con la dimensión que introduce el inconsciente freudiano.
Este texto pone en relación, de un modo crítico y a la vez clínico:
- el tiempo en que vivimos.
- El momento histórico en que Freud abre la cuestión
- Los años 50 en que Lacan renueva aquel gesto
- “nuestra insistencia” dice Anabel Salafia en las primeras sesiones de
ese seminario dictado en el 2003, publicado en el 2007.
Y yo agregaría, como quinto elemento de esta enumeración, la invitación a presentar este libro, de entrar en la lectura de este texto, admite que cada uno que se proponga entrar en esta práctica que es el psicoanálisis como discurso, incluso y sobre todo al decir “no entiendo” y luego poder interrogar:
¿Qué es una función operacional, cuando me pregunto cómo es que das Ding es el nombre de lo que no se puede nombrar?
¿Cómo es que si me doy cuenta que “decir que no” puede fracasar porque no es poner un límite al otro, en el sentido de la psicología sino encontrar el límite como un procedimiento que tiene que ver con las condiciones que hacen al proceso del pensar y el juzgar?
Qué significa que, si admitimos la dimensión inconsciente, contamos con que el proceso primario tiende a un límite en la identidad de percepción y el proceso secundario tiende a un límite en la identidad de pensamiento. ¿Qué quiere decir que tender a un límite en el sentido del número real se corresponde con la función de corte?
Estas cuestiones son tratadas en este libro con la delicadeza que da tiempo al lector; ese tiempo que hace falta para incorporarlas.
Es un texto que nos propone plantearnos un programa practicable para transmitir, con la lectura de Lacan, una coherencia en Freud y el surgimiento de un Campo operacional en el que es posible situar cuales son las condiciones para entrar en el discurso del inconsciente, en su práctica.
Este texto nos hace trabajar a partir de un eje La negación como operación. La negación en las pulsiones y sus avatares. No la negación, en su dimensión de defensa, cómo ha ocurrido en cierto momento del movimiento psicoanalítico sino en tanto Lógica y ética.
Esa Cosa que habla en cómo se afirma y cómo se niega. Cuando se dice una preferencia y con ese decir se confiesa una mala voluntad o una voluntad mala.
Ese procedimiento que gobierna el hablar y hace escuchar cómo opera, cómo hace su operación (por ejemplo, en el relato de un sueño) y cómo es posible que fracase porque opere de tal forma que no pueda poner a distancia das Ding en el sentido de “lo que falta a la representación”. Cómo en nombre del Bien se encuentra con el Mal radical instrumento de “su segregación”.
Lo que fracasa porque no se puede articular en la cadena.
Vemos surgir en el recorrido de este texto, cómo es posible discriminar la represión de la renegación y de la forclusión, sus correlaciones con la neurosis, la perversión y la psicosis.
Distinguir “la función invertida entre la negación y la represión”, el hecho de discurso que muestra que “con la negación se hace evidente lo que se oculta y, lo que se hace presente es lo que reniega”.
Y hay más: un desarrollo de cada modo de fracaso de la negación, su relación a la escritura relevando en el texto de Deleuze Crítica y Clínica, los ejemplos de Louis Wolfson el llamado el esquizo de las lenguas, para transmitir que la negación opera como fundamento de discursividad y de Melville Bartleby, en la que como señala Anabel Salafia es posible leer cómo el fracaso de la negación da cuenta del límite de lo humano.
Un libro que, si admitimos su existencia, hace escuela, da testimonio de un proceder en la escritura que deja leer una enseñanza que no es doctrinal, abre al trabajo de cada quien, invita a entrar a esta práctica que es de discurso y no de catecismo.
Gracias, otra vez Anabel Salafia por este libro y por esta invitación.
María Gabriela Correia: Gracias por tus palabras. ¿Anabel, querría usted decir algunas palabras?
Anabel Salafia: Realmente me siento muy tocada, muy emocionada –¿por qué no decirlo?– ante estos maravillosos lectores que han sido los presentadores de esta reedición en e-book de El fracaso de la negación. Quiero por supuesto dar mi especial agradecimiento a usted, María Gabriela –por lo que tiene que ver con las publicaciones–, a Clelia Conde, a Noemí Sirota, a Diego Fernández, a Alejandra Ruiz Lladó, por las diferentes lecturas (¡cada una más interesante que la otra!). Ojalá pudieran leer el libro con estos textos que no se si en algún momento se pueden publicar, porque es una contribución, no solo la que han hecho sino, un desarrollo que tiene cada uno de los textos de presentación.
Realmente, uno piensa qué es lo que justifica que algo se publique, que algo que uno ha hecho se publique como un libro y se ponga a los efectos de una transmisión, qué es lo que realmente vale la pena intentar transmitir. Uno necesita una justificación siempre que publica algo, y en este caso la justificación para mí fue -y creo que es siempre así para cada uno que publica un texto en psicoanálisis, y a lo mejor en otras materias también- el hecho de descubrir que esta operación de la negación constituye una operación muy específica y no un mecanismo de defensa, como se consideró durante mucho tiempo; y al mismo tiempo, intentar despegar de una concepción de la negación que siempre fue predominantemente filosófica, porque se tomó siempre -y no digo que no deba hacerse, pero eso es otro trabajo-, se tomó siempre de Hegel, y hay una gran diferencia entre la operación freudiana y la hegeliana con respecto a la negación. Al despegarme de esa concepción que de la negación que encontramos, por ejemplo, en El Seminario III, y descubrir en mi trabajo, en la clínica, que por ejemplo la negación como tal es decir como afirmación no existe en la psicosis; y que se logra un paso enorme si se logra que el sujeto psicótico haga una negación, ahí se da un paso que es un paso muy difícil de lograr.
Este descubrimiento empieza a darnos sus frutos, y esto es lo que parece en determinando momento algo que vale la pena desarrollar y luego publicar. Es por otra parte muchísimo menos de lo que se puede trabajar con respecto a la negación; hay un trabajo, un desarrollo acá, pero hay mucho más que hacer respecto de esta operación y de la función de la negación. Ojalá nos abra un camino para nuevos desarrollos.
Nuevamente, muchas gracias a todos y a cada uno de los lectores y a la Secretaría misma de publicación también. A usted también María Gabriela.
¡Los abrazo de la manera en que es posible!
María Gabriela Correia: A usted Anabel. Muchas gracias por sus palabras. Damos por concluida la presentación.
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