Por Jorgelina Estelrrich

En el contexto de este Grupo de Lectura «Experiencia y Estructura 2020” estuvimos produciendo trabajos que interrogaran estos términos, y renovando las preguntas de años anteriores de los Grupos “Estructura y Clínica 2018” y «Lógica de la Estructura 2019”. A través de esta vía tomaremos la posibilidad de dar a conocer y de hacer lazo a la Escuela desde Función del Lector, publicando algunos artículos de participantes de este Grupo que dan cuenta de lo expresado.

En relación a una pregunta, qué orienta la forma? La estructura toma una en cada caso.

¿Y qué de su experiencia? Pueden anotarse, cómo practicar una articulación al discurso analítico a través de otros saberes…decires que los ponen en juego. Desde la pregunta por el material inconsciente que se hiciera Freud al interrogar la clave de los sueños, el sentido de los síntomas y la extrañeza del material que las obras de arte nos dan a ver…Propuse el escrito Ciencia y Verdad. Lacan ubica con Aristóteles la teoría de las 4 causas. La causa como material significante que concierne al psicoanálisis, vía al estatuto del sujeto del inconsciente en su advenir por la lógica del objeto puesto en causa y función del ‘a’. También como resto… anima la Estructura del encadenamiento siguiente de su determinación edípica imaginaria y simbólica, y de su contingencia según sea su anudamiento RSI.

Experiencia de un real de partida? que el análisis como tal posibilita aislar, transferencia mediante, y soporte del semblante del analista. El concepto de experiencia nos ocupó en desentrañar textos de W. Benjamin, G. Agamben y G. Bataille y en distingo el texto de «La experiencia del análisis » de Norberto Ferreyra.

A continuación, los textos de Carolina Affif, Rodrigo Banegas y Franco Santéramo. Dos Lecturas del film El Guasón. Señala Affif: ¿la estructura del relato es condición de la experiencia? que no hay si el dialecto no alcanza la dialéctica; «la estructura del chiste” dice Banegas en una economía otra, y respecto de «Clínica y Critica» de G. Deleuze…como el escribir hace, el escritor crea qué? modo de sanar inventando otra lengua dice Santéramo.

El arte en sus diversas formas ¿transforma el objeto resto por la creación según imaginación del artista? Sublimación de la pulsión hasta aquí.

1. La distinción de una clínica respecto del sujeto en juego en el análisis en términos de un real de la experiencia (objeto ‘a ‘ mediante) y la lógica que posibilita su puesta en discurso.

2. A diferencia del lugar de este en el arte en sus variadas formas de expresión.

En esta ocasión fueron éstas tres apuestas; hubo este año otros trabajos, algunos ya fueron publicados, cada uno produjo, propuesta y condición publicar un escrito en Función del Lector, tomada la convocatoria, también deseable siga esta posibilidad, el abrir a otros!!! Un modo de practicar articulaciones al discurso analítico en este tiempo de pandemia, tal vez haya otros por venir, restricciones que dieron lugar a la escritura y autoría…permitió entrar a esa práctica, la que la escuela orienta dando cuenta de una transmisión.

Una lectura de la película «Guasón» de Todd Philips, por Carolina Affif

Sonríe y pon tu mejor cara. ¿La sonrisa del Guasón?

Un dialecto que no es dialéctica

En que podría interesarnos, si del psicoanálisis se trata, la lectura de esta película? Cómo ubicar el término estructura en relación al modo en que el personaje del Guasón lo muestra? ¿Qué poder extraer del orden clínico allí?

“Solo espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida” escribe en su libreta de

chistes que van tejiendo los hilos de su historia.

Arthur frente al espejo dibuja con sus manos una sonrisa que acomoda de a poco y que se instala en su rostro como una mueca, señalando así lo rígido de la estructura.

¿Qué risa es esa? La risa de Arthur… del Guasón… del otro que lo amenaza con el derrumbe que lo empuja al abismo. Esa risa que empieza como un llanto y que aparece cada vez que intenta separase de ese otro que lo amenaza provocándole terror, entonces…la mueca. La que los médicos llaman trastorno.

A quién le habla Arthur? Qué dice? Pistas que señalan la marca del accidente del inicio, o más bien de la partida.“Hablar es ante todo hablar a otros” dice Lacan en Las Psicosis, seminario 3, este Otro que está ahí, reconocido, pero no conocido. Esta incógnita en la alteridad del Otro es lo que caracteriza esencialmente la relación de la palabra en el nivel en que es hablada al otro.

Podría decirse que Arthur habla el dialecto de su lengua que define la extrañeza que deja traslucir su mirada vacía, lo dejan perplejo frente a las personas que apunta con su revólver y mata. Un intercambio que no se traduce en dialéctica sino en certeza. Una lengua que ignora por completo pero es la lengua que habla. La exclusión del gran Otro, que menciona Lacan también en el Seminario 3 es aquí evidente. “Hay que admitir detrás del proceso de verbalización, una bejahung primordial, una admisión en el sentido de lo simbólico, que puede a su vez faltar, Freud admite un fenómeno de exclusión para el cual el termino verwerfung parece valido. Todo lo rehusado en el orden simbólico, en el sentido de la verwerfung, reaparece en lo Real”

“Sonríe y pon tu mejor cara” son las palabras que recuerda de su madre que lo conducen por el laberinto de su trágico final que paradójicamente él llama comedia. Arthur pretende ser un comediante pero su madre dice que para eso hay que tener gracia, dejando en suspenso así, para él, esa habilidad. “Que gracioso eres, Arthur” le dice su vecina, reafirmando alguna virtud, por el contrario de los demás, los que a lo largo de su vida le devuelven solo rechazo ante la mueca que fuera una sonrisa que se refleja para él en el espejo.

“Existo y las personas empiezan a notarlo” dice al modo de una confesión luego de matar a 3 personas en el metro. En la calle las masivas protestas dicen “maten a los ricos, todos somos payasos”. Qué posibilidades entonces para Arthur que lo artístico lo resguarde al modo de la sublimación como plantea Freud en el texto “Un recuerdo infantil de Leonardo de Vinci”. Hay obra en la vida de Arthur? o más bien de lo que se trata es de su propio derrumbe que lo deja al margen de una ciudad que también lo rechaza.

Una lectura de «Guasón» (2019) del director Todd Phillips, por Rodrigo Banegas

¿Cómo surge un villano? En esta película aparece una antecedencia a la figura del villano que se puede leer como contrario a lo accidental. ¿Lo accidental es de la estructura?

El director, escritor del guión también, lo ubica como un producto de reiteradas situaciones donde es rechazado, humillado, una vida trágica. El villano ¿se produce como un efecto de ciertas repeticiones, dijera Freud? Esto está en varias escenas: las escaleras interminables que debe subir Arthur día tras día para retornar a su casa, o el ser golpeado por varias personas al mismo tiempo pero no de cualquier manera, o sino pateado en el piso.

La película se sitúa en una Ciudad Gótica que no cuenta con las típicas amenazas de las películas de superhéroes. No hay un villano con superpoderes que la amenace, sino que está plagada de delincuencia, desempleo y segmentos de la población privados de sus derechos, empobrecidos.

Atravesando, en el momento de la película, un conflicto entre los recolectores de basura y los gobernantes que deja a toda la ciudad con la basura amontonándose ¿qué efectos produce esa sociedad que no puede dar lugar a sus desechos, esa suciedad?

En un extracto de la película, previo a dispararle a Murray, el comediante más aclamado dice: “tengo otra broma para ti ¿qué obtienes cuando cruzas a un solitario mentalmente enfermo, con una sociedad que lo abandona y lo trata como una basura? Obtienes lo que te mereces”. Acto seguido le dispara en la cabeza.

Arthur sufre un trastorno psiquiátrico que le hace reír en momentos inapropiados. Depende de los servicios sociales para recibir la medicación y estos subsidios son eliminados por el gobierno. Este es otro de los escenarios que escapan al mundo fantástico, la película está atravesada por la problemática de los recortes a la salud pública. Esto también puede verse como una apuesta del director, ubicar el escenario de un villano en la sociedad actual. No se vale de ningún recurso del género fantástico. Es esta una de las causas que la película haya sido tomada para distintos movimientos políticos de protesta como un símbolo de representación para los marginados sociales, ¿de nuestros días?

El personaje no genera gracia, nadie se ríe de sus chistes, su trabajo de comediante queda únicamente acompañado de su exagerada e inoportuna risa. Solamente genera risa su impotencia de hacer reír a otro. Freud dice en “El chiste y su relación con el inconsciente” de 1905 en su apartado sobre el chiste como proceso social: “Aunque el trabajo del chiste es un excelente camino para ganar placer desde los procesos psíquicos, (…) no está a disposición de todos, y en generosa medida sólo de poquísimas personas, de las cuales se dice, singularizándolas, que tienen gracia. ”Freud resalta dos elementos del chiste: la importancia de comunicarle el chiste a otro y la risa. El orden social que Freud señala acá reside en la importancia de la persona que elaboró el chiste no se ría, aunque también haya sido cancelada la investidura de inhibición, porque de lo contrario no se hubiera producido el chiste. “ El chiste apunta a la ganancia de placer atribuible a la tercera persona, como si unos obstáculos interiores insuperables la estorbaran a la primera. Se tiene de este modo la impresión de que esa tercera persona es indispensable para la consumación del proceso chistoso.” En las expresiones delirantes del personaje puede leerse así: los otros se ríen de sus chistes. Sin la risa de los otros, lo que dice no es gracioso.

Freud continúa por esta línea afirmando que “nos vemos precisados a comunicar nuestro chiste al otro porque nosotros mismos no somos capaces de reír por él. (…) El reír se cuenta entre las exteriorizaciones en alto grado contagiosas de estados psíquicos; cuando muevo al otro a reír comunicándole mi chiste, en verdad me sirvo de él para despertar mi propia risa, y de hecho se puede observar que quien primero cuenta el chiste con gesto serio, luego acompaña la carcajada del otro con una risa moderada.” La estructura… ¿del chiste?

Critica y clínica de Gilles Deleuze, comentario sobre el Prólogo y Primer Capítulo, por Franco Santéramo

Deleuze escribe, y así, vuelve problemático este mismo acto. Escribir es un problema, nos dice. ¿De qué se trata el problema de escribir? ¿Qué hace el escritor? O, citando a Norberto Ferreyra, podríamos preguntar mejor: ¿qué “h(a)ce” el escritor? Si es que el escritor hace, ¿hace con el a? Se trata de una invención, dirá Deleuze, sirviéndose del novelista francés Marcel Proust, el escritor inventa una “lengua nueva” dentro de la misma lengua. Incluso, hasta la hace delirar. Podría parecer a alguien delirante el hecho de ver y oír a través de las palabras. Esto convertiría al escritor en un vidente y un oyente. Para el psicoanalista, ¿cuál es el estatuto del carácter de novedad de esa “lengua nueva” que inventa el escritor? ¿Qué relación guarda esta lengua nueva con el inconsciente freudiano? ¿Qué h(a)ce el psicoanalista, cuando escucha e interviene? ¿No escucha también una “lengua nueva”? La estofa pulsional que sirve al síntoma neurótico o al delirio psicótico, ¿es la misma que sirve al escritor? Deleuze afirma en su prólogo que “la literatura es salud”. Y que cuando el delirio no tiene un pasaje a través de la literatura, entonces, no se puede ver ni oír esa nueva lengua.

Se sostiene la pregunta: ¿Es “nueva” esta lengua que inventa el escritor? Podríamos decir que sí, que si no se escuchó antes, entonces no tuvo lugar. Deleuze propone no separar al escribir del devenir. Esta lengua nueva, entonces, deviene en la escritura, se construye ahí. Este devenir “deleuziano” tendrá que ver más con la no repetición, alejándose así del Edipo freudiano….Deleuze propone que el escritor no escribe con su estructura (neurosis o psicosis). El escritor, para él, no está enfermo, sino que es, más bien, un médico, médico de sí mismo. Escribir es devenir, en tanto que se produzca algo nuevo, no repetición de la lengua materna.

Para finalizar este comentario sobre el prólogo y el primer capítulo de “Crítica y Clínica” de Deleuze, no conviene olvidar que, para el filósofo, el escritor “escribe por ese pueblo que falta”. ¿Falta? Es un término que no deja de aludir a la ideología, pero tampoco elude lo que para el psicoanálisis permite interrogar cómo advenir sujeto. Sujeto de una falta. ¿La ideología presente en la escritura y, por ende, en la filosofía? Pero, por otra parte, ¿podrían ser sin la ideología? Y el psicoanálisis, al respecto ¿qué tiene para decir?.