Por Helena Casas

Este virus toco en el corazón del lazo social, forzó necesariamente la distancia con el semejante, vino a desbaratar la escena en el mundo, ha puesto en cuestión la necesaria apoyatura de la ficción imaginaria para el sujeto. La pantalla parece semblantear una ventana al mundo, se trata de una mirada que camina que permite ir de una ventana a otra.

La conexión digital ha desplazado de momento al cuerpo, la tecnología media en el lazo con el otro construyendo una experiencia de encuentro distinta, aun no estando el semejante presente lo veo y lo escucho.

A propósito de ello, me interesó la experiencia que narra Julián Varsavsky, licenciado en Ciencias de la Comunicación, documentalista y cronista en su libro, Japón desde una Cápsula.

El autor viaja a Japón por segunda vez y se aloja en un hotel atendido por robots y durante cuarenta días se sumerge en el mundo de la tecno-erotización de la vida a través de hologramas y muñecas. Dice en su libro: “esta tecnología que en Occidente nos causa espanto en el mundo asiático se ve con más naturalidad”

Julián Varsavsky, sostiene que de esta manera el ser humano se conecta con un objeto virtual al que se le puede hacer cantar lo que uno quiera o convertirlo en una estrella porno. El autor refiere que esto que vemos ficcionado en las películas, sucederá en la vida real con los robots sexuales y novias virtuales en los programas de inteligencia artificial que serán guionados por sus propietarios.

El autor del libro mencionado refiere que existe por la materialidad de los dispositivos una posibilidad de otra realidad mediante representación y duplicación. No se trata de un remplazo.

También comenta desde su experiencia que percibe una sociedad tecnificada alejada del semejante, una sociedad algo triste dice, atrapada en el cansancio laboral y en el panóptico. El autor trata de darle un sentido a través de su mirada, considera que es una sociedad que atravesó desde lo milenario el rasgo que se reconstruye por medio de otra imaginarización, o sea por modificaciones en la escena del mundo.

Destaca el paso por la filosofía de Confucio, extendida en Asia naturalizando la idea de que el individuo debe estar sujeto a su grupo social y nacional para mantener la armonía. La obediencia es un mandato del Japón Medieval.

Él dice que observa la agonía de Eros en una sociedad del cansancio entregada a la maximización del rendimiento, sumida en depresión y aumento de la tasa de suicidio.

Refiere la existencia de jóvenes hikikomoris que se encierran en sus cuartos durante años, según el autor escapando a la presión social del tipo confuciano por estudiar y producir. Se convierten en outsider de la sociedad. Dicho de este modo no serían víctimas de la adicción tecnológica.

Este fenómeno fue identificado en 1987 por el ministerio de salud como “jóvenes deprimidos que se dan de baja de la sociedad” por lo que se lo considera una patología laboral y se indemniza a la familia. El autor describe en su libro un submundo de ocio para solitarios.

No es mi intención realizar un análisis exhaustivo del libro, posee más riquezas de lectura sobre la sociedad japonesa, pero a los efectos del aislamiento me sugirió destacar las siguientes consideraciones.

El Nebenmensch pone de manifiesto a mi entender, la necesidad del recién nacido  de entenderse con el semejante, de un reconocimiento que requiere pasar por la palabra, es decir el psiquismo se constituye a partir de esa necesidad, siendo esto el inicio de la función del lazo social.

Se ubica allí la acción específica que provee alivio, que coincide con la satisfacción dominada por el lenguaje, con esa experiencia de satisfacción se recorta  Das Ding al mismo tiempo que se transforma en demanda, no ya de un objeto de satisfacción sino demanda de amor. No se puede dejar de considerar la función de la negación para la constitución psíquica.

En el seminario de la Ética entiendo que,Lacan define Das Ding como una extrañeza intrusiva que va más allá de las composiciones del yo y el otro. La cosa es esa  parte del otro que es muda, pero el prójimo habla. El sujeto tiene noticias de lo rechazado por él mismo desde ese otro éxtimo que se lo presentifíca.

Dice: “Es por intermedio de ese Nebenmensch, en tanto que sujeto hablante, como todo lo que se relaciona con los procesos de pensamiento puede adquirir forma en la subjetividad del sujeto”. (1)

Lacan trabaja la relación con el semejante en la imagen especular. Lo visto y lo oído van a construir el fantasma que es desde donde se va a ordenar la acción del sujeto. Entonces desde más allá del principio del placer, se presenta la orientación pulsional por la vía del fantasma poniéndose en juego lo no especularizable, es con  el objeto que se hace hacer en el fantasma, su prójimo.

El lazo social es la manera en que se tramita la relación entre los significantes y el cuerpo, el semejante ayuda a tramitar al prójimo, entonces hay un sujeto en consecuencia del trayecto de la pulsión, entre el acercamiento y alejamiento de la cosa.

La distancia a través de la tecnología puede generar aislamiento del contacto presencial con el otro, como los Otakus en Japón, se sustituye la vida presencial por una realidad digital, que no pone en juego la falta. Hay uno que guiona, acomoda el gadget según su libreto, no hay otro. Se sustituye el apoyo en el otro como modo de elaborar la pulsión.

Según el autor el holograma, el robot en la casa tienen una función de compañía agradable, una forma de conectar un objeto con un aura vaciado de sustancia.

La simbiosis con los aparatos modifica nuestra subjetividad, sería mejor que la tecnología fuera un medio para el desarrollo colectivo, facilitadora del lazo con el otro y no algo que nos distancie de la vida real.

Un reconocimiento para el espacio de trabajo El malestar en la cyberlizacion y para Helga Fernandez que despertaron mi interes y  produccion.


Bibliografía

Proyecto de una psicología para Neurólogos. Sigmund Freud Tomo I. Editorial Biblioteca Nueva Madrid.
Seminario 7. La ética del psicoanálisis. Jaques Lacan. Editorial Paidós.

Cita : (1) (Pag. 53 Paidos)

La pulsión en el lazo social. Ediciones Oscar Masotta. Editorial Kliné.
Japón desde una Capsula. Robótica, virtualidad y sexualidad. Julián Varsavsky. Editorial Adriana Hidalgo.

Reconocimiento: Japón desde una Cápsula llego a mis manos a través del Grupo de Trabajo “El malestar en Cyberlizacion”